Desperté y te vi a mi lado; la raíz del alma se abrió
como el aroma del tiempo que arrastra la belleza del amor.
Tus labios son bálsamo que calma la certeza
y quiebra el sueño agitado en las fronteras de la pasión.
Y mi corazón cae rendido en la aurora desnuda.
La lluvia cae temblorosa como la ceniza roja se posa y eleva el rumbo de los pájaros.
Trémulo remanso en un instante que acaricia el aroma del petricor.
Las nubes púrpura se acercan mueren los sueños etéreos bajo el verso y la sombra que trunca la voz del amor.
Las cicatrices que deja la raíz del alma son
como una espina que espera partida,
seré peregrina que sube a los cielos y sin culpa ni pena temblarán las estrellas.
Y el sol drenará los ríos, amasará la tierra y en el mar se disiparan las tinieblas.
Sobre el espejo de todos los mundos
se eleva el alba entre montañas junto al arcoíris y el canto de las cigarras.
Es como un aleteo constante sin brisa, ni aire, con la paz del silencio y el latir del corazón.
Y el sol con su aurea luz asoma sobre el horizonte.
👏👏👏
ResponderEliminarGracias Andrés, un abrazo
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