En la frescura de los rios
las acacias lucen hermosas
y las ranas en los arroyos
desovan;
¡Dime qué hablas, arroyo!
¿Hay lirios y búhos en tus aguas?
Lumbre qué alimenta el alma
antorcha que extraña su casa
luciérnaga que vuela
flores y luna púrpura...
ojos que miran y sueñan
ciñendo la noche en su regazo;
oración que llama a la memoria,
en las horas serenas del breve
ocaso...
La oración nace en secreto bajo la
luz que centellea sobre tus aguas,
y engalonas lirios con la brisa
en la noche cobriza.
¡Dime qué hablas, arroyo!
Brama el ciervo y trinan los pájaros
dulce canto que espanta al ruiseñor,
voz ronca que el cuervo lamenta y llora
porque la razón le sobra, desdicha de amor
que el cuerdo ignora como un quebranto
de hora en hora.
Tenue luz que rompe el viento en la sombra muerta.
Un auténtico canto a la Naturaleza. Enhorabuena, Nuria. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias José por tus palabras y por dejar tu huella. Un gran abrazo
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