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martes, 26 de noviembre de 2024

El desfile



Convocatoria, cada jueves un relato 

          ¡Qué vergüenza! 


En el reto de este jueves Patricia desde su blog Artesanos de la palabra  nos proponen narrar un episodio en donde nosotros, o alguien, pase una situación de verdadera vergüenza. Para eso piden:

Que sea protagonizado por nosotros, o un personaje ficticio. Tratando de utilizar alrededor de 350 palabras para que todos podamos leer los relatos que se vayan a publicar.

Más información y participantes AQUÍ


Aquel domingo de marzo, estaba muy emocionada, era la primera vez que iba a desfilar de fallera en mi pueblo. Las aceras se habían llenado de gente curiosa y el ambiente festivo contagiaba. La banda municipal tocaba la música tradicional fallera, y pronto las damas falleras empezamos a desfilar con nuestros trajes coloridos, peinados impecables y una sonrisa de lado a lado.

Entre la multitud, divisé al otro lado de la calle a una amiga que hacía unas semanas que no veía porque estaba enfrascada en sus estudios. Concentrada en no perder de vista a mi amiga, levanté la mano para que me viera, pero no me di cuenta de que el suelo era un poco irregular, debido a un pequeño socavón en la calzada. De repente, metí el pie en el pequeño hueco y tropecé cayendo de bruces contra la calzada. Todo pasó como en cámara lenta: perdí el equilibrio, agité los brazos al intentar no caer, y arrastré en la caída a otra fallera a la que casi dejo sin moño. El silencio ensordecedor de la banda, y todas las miradas de la gente puesta en nosotras, fue tan bochornoso como el murmullo de la gente: a la vez que un grupo de jóvenes falleros corría para ayudarnos a levantarnos; que, la verdad, con los trajes, era bastante complicado. ¡Nunca he pasado tanta vergüenza!


—¿Estáis bien? —preguntó uno de los jóvenes que se acercó.


—Sí, sí… bien, gracias —dije roja como un tomate. 


Las falleras, que venían justo detrás, tuvieron que detenerse, esperando a que continuaremos el desfile. Y la banda de música hizo un redoble de tambor.


—¡Qué desastre! —murmuré, mientras miraba a Laura, la fallera que arrastré en mi caída.


—¡Tranquila! Nadie se va a acordar de esto mañana —dijo, aunque yo no estaba tan segura.


Se levantó, sacudiéndose la falda y arreglándose la manga que se había rasgado, me cogió del brazo y añadió:


—Vamos.


Al día siguiente, la gaceta del pueblo publicaba la noticia del desfile y la caída de las dos falleras.


26 comentarios:

  1. Te puedo imaginar en ese suelo con tu compañera muerta de vergüenza.
    Las caídas no sé por qué nos dan esa sensación vergonzosa, cuando habría que preguntar si nos ha pasado algo, es un momento es bochornoso.
    Bueno, bien guapa que ibas. Una anécdota para contar en tu vida.
    Un besote Nuria.
    A todo esto, si sigues viviendo en Valencia, espero que las cosas se vayan normalizando. Más besos.

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    1. Hola Campirela, la verdad es que no fue plato de buen gusto, jejeje, si las cosas por aquí por Valencia van tan despacio que la gente está muy crispada. Es demasiado tiempo y aún hay muchos lugares llenos de todo con un olor insoportable y peligroso para la salud. Un abrazo gigante

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  2. Me imagino la vergüenza luego de semejante caída, pero lo bueno es que tu compañera te levantó el ánimo y el desfile continuó como si nada hubiera pasado.
    Muy buena tu historia y es que este tipo de accidentes realmente ocurren.
    Un abrazo grande Nuria y muchas gracias por participar de nuestro desafío.
    PATRICIA F.

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    1. Gracias Patricia, si la verdad es que incluso cuando vimos la noticia en el diario local nos partimos de la risa, pero que bochorno se pasa. Un abrazo

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  3. Pobrecitas . Me gusto tu relato esos verguenzas ocurren . Te mando un beso.

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  4. No sé muy bién cuanto tiempo hace que no bailo. Recuerdo a mi hermano que se avergonzaba de mí por ver a 1.83cm bailar de esta forma tan destartalada.

    Todo ocurrió un día de fiesta de Navidad. Mi colegio cantaba villancicos o preparaba obras de teatro y yo, debutaba como bailarín al son de los Bee Gees. Recuerdo la foto de aquel maldito single donde John Travolta disparaba su dedo al cielo en medio de una discoteca con luces multicolores y las chicas de mi pueblo se lo comían a besos. Yo por entonces era un chico atractivo...elegante...con clase...golfillo como debe de ser...Total, un tio con gancho al que las chicas soñaban con el de la forma más coqueta y permanente. Mi profesora me animaba por creer en mí dotes para el baile y todas las chicas de mi clase se me ofrecían por acompañarme y hacer coros a este jilipollas (me refiero a John Travolta)...

    En el día del estreno no se cabía de gente en el salon de actos. Mi profesora tenía fe en que todo saldría bién y las chicas de mi clase se sabían de memoria cada paso y pirueta...Por el megáfono, la chica de moda de la clase me anunciaba como el John Travolta de Rute (cosa que esa presentación no me agradaba lo más mínimo)y la música comenzó a sonar.

    A veces pienso si mi sentido del ridículo se debe a ese baile estrafalario; mover mi piernas de alambre como la gallina turuleta o por escuchar los silvidos y las protestas más oscenas del distinguido público. Total un desastre... Sin poder evitarlo aquella actuación marcó mis dotes expresionistas y ahora sólo bailo en privado. Me da verguenza recordar aquel show y mi profesora nunca jamás me refirió nada de nada...y tampoco mis compañeras de baile. Aquello quedó oculto y sin opinión durante el resto del curso; como un familiar que omite la verguenza de su familia...

    Pero esta tarde me dió el gusanillo de volver a bailar. Me he comprado un CD maravilloso y aquí, solo en mi casa, mis piernas me recordaban aquellos pasos de baile y he de reconocer que me he sentido feliz. Si me vierais con qué estilo muevo mis piernas y me agacho y me levanto, salto y corro por mi salón, parece que estoy corriendo detrás de los perdigones por el campo. Ahora os dejo, que tengo que bailar...

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    1. Me alegro que te decidieras a participar con este texto. Un abrazo compañero

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  5. Dios, deberías de haberte unido a las falleras, y arrancar con disimulo... Bendita seas.

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    1. Jajajaja, tal vez Rodrigo, pero no era nuestro lugar. Un abrazo

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  6. Jaja cosa curiosa es que da risa lo que da tanta vergüenza. O sea, causa gracia...a los demás. ¡A quién no le ha pasado! Muchos abrazos, Nuria.

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    1. Así es Maty, es una reacción difícil de aguantar. Un abrazo

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  7. Jajaja Si tendré de tropiezos pero este hasta en las noticias salió, ha estado genial, me encantó tu historia! Besos por ahí!

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    1. Gracias Mari, me alegra haberte sacado una sonrisa. Un abrazo grande

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  8. Ja! La noticia en el diario fue la cereza que coronó la torta! Pequeño traspié para recordar entre sonrisas jeje. Un abrazo Nuria

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    1. La verdad es que si Mónica, tras el soponcio, llegaron las risas. Un abrazo

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  9. Me da rabia cuando veo a alguien caerse en plena calle, soy de los que no se ríen por esas situaciones. La experiencia que cuentas debió resultar especialmente traumática. Menos mal que no te rompiste nada y saliste adelante con la salud y el vestido intactos.
    Una anécdota bochornosa que no debió ser publicada sin duda.

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    1. Hola Marcos, sinceramente se pasa fatal, todas las miradas parecían estar clavadas en nosotros, fue bochornoso y al principio al verla publicada me eché las manos a la cabeza, pero poco a poco lo asumí y le di carpetazo para superar mi vergüenza pues siempre fui muy tímida. Un abrazo

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  10. Bueno... salisteis airosas, y con redoble de tambor. Y muchos recordarán la anécdota, pero lo más seguro de todo es que te quedaste el recorte del periódico y lo tienes bien guardado
    Abrazooo

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    1. Jajajaja, pues aunque no lo creas Gabilante, no conservo el periódico, supongo que por lo joven que era, o porque mi madre se lo quedó, pero no lo recuerdo bien. Un abrazo

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  11. nadie se acordará mañana del suceso....si verdad? no sólo eso si no que hasta fotografias en el editorial Un abrazo

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    1. Así fue Rodolfo, un auténtico bochorno. Cosas de la vida, un abrazo

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  12. Uff... encima del dolor de la caída, saber que todos los cotillas va a ser en lo que estén pensando... que nadie se iba a acordar... jajajaja, ilusa...
    Un abrazo.
    PS: Perdón por la tardanza en comentar...

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    1. Gracias Mercedes, si una situación que queda en el recuerdo. Un abrazo

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  13. Ahora con las redes sociales, seguro que alguno habría grabado la escena y subido el vídeo. Un abrazo

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