Este relato participa en el reto de noviembre del blog Medium #relatosFaro @divagacionistas
En lo alto de un acantilado azotado por vientos implacables, se erige un faro solitario. Su torre, envejecida por el salitre y los años, desafía al tiempo con una dignidad inquebrantable. Cada noche, su luz parpadea en la oscuridad infinita del océano, con un destello constante entre las sombras que se desploman sobre el mar. No hay barcos que lo visiten ni voces que lo llamen, pero su misión sigue intacta: guiar a quienes se aventuran en la profundidad del horizonte marino.
El guardián del faro, un hombre tan viejo como la estructura misma, pasa sus días en silencio. Su única compañía es el sonido rítmico de las olas rompiendo contra las rocas y el canto lejano de las aves marinas. No necesita más. Ha aprendido a entender los caprichos del viento y a leer el lenguaje oculto en los cambios de la marea. Las estaciones pasan, las tormentas rugen, pero él permanece, fiel a su tarea.
Al caer la noche, el faro despierta una vez más, extendiendo su haz de luz sobre las aguas negras. Aunque nadie lo vea, aunque el mundo haya cambiado y olvidado su función, el faro sigue brillando. Es una promesa silenciosa, un faro de esperanza en la vastedad, inmune al paso del tiempo y al olvido. La soledad lo envuelve, pero su luz nunca se apaga.
Gracias a que hay gente manteniendo sus promesas, la vida de algunos encuentra la luz cuando se meten en la oscuridad.
ResponderEliminarUn besazo Nuria!
Ciertamente Morella, además en ocasiones hay que ver la oscuridad para que alguien te muestre la luz, un abrazo
EliminarEs un bello relato te pena ese hombre que hace tanto enciende esperanza en medio dela noche y la soledad. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias J. P. Al anochecer la soledad puede llegar a ser abrumadora, un abrazo
EliminarHola Nuria, un relato precioso, ese faro tan necesario para muchos.
ResponderEliminarBesos!
Gracias Dakota, besitos
EliminarEl faro una bella imagen, un lugar de mucha soledad, acompañada por esos sonidos que sean de remanso en las aguas calmas o de furia en las tempestades, de una u otra forma mecen a farero en su labor tan prioritaria. Gracias Nuria, abrazo grande Themis
ResponderEliminarPienso igual Themis, revueltas o no, las aguas del mar son las única compañía del farero, incluso a veces hasta puede que esa soledad sea reconfortante. Un abrazo
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