Samhain
Ginebra Blon, noviembre. Desde su blog Variétés
Organiza la convocatoria de este mes que coincide con una festividad cuyo origen puede ser pagano, o, cristiano. El primero responde a Halloween, el cual celebra la cercanía entre el mundo de los vivos y los muertos, mientras que el segundo, conmemora y honra a todos los Santos, conocidos o no; es decir, aquellos que viven en presencia de Dios. Aquí parte de la propuesta, para más información entra al blog.
Dada esta festividad con la que comienza el mes, debemos crear un texto, en el formato que deseéis, donde quede reflejada una de las dos celebraciones: la pagana o la cristiana. Eligiendo una de las imágenes que se muestran en el blog de Rusty McDonald (Artistic photographer)
Aquí mi participación:
La brisa acarició mi rostro mientras andaba por el sendero del misterio entre nubes blancas y grises. Con decisión crucé la puerta que dejó atrás el pasado. El paisaje que se reveló ante mis ojos era de una densa neblina. Me sentía extraña, como si caminase por un limbo de oscuridad.
De pronto, una voz susurró en mi oído: «Bienvenida a la morada del infinito, donde el tiempo no existe y los sueños se quiebran». Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Recordé que el año anterior, durante la oscura noche de Halloween, había pedido un deseo y ahora, parecía estar en el umbral del infierno.
«Tú, que deseaste ver a la bruja de la oscuridad regodeándote en tu vanidad, cómo te atreviste a pedir semejante deseo».
Me estremecí, la voz parecía provenir de ninguna parte. Mis pupilas se esforzaron por capturar algo en medio de la densa neblina, pero solo encontraron oscuridad. La inquietud se apoderó de mí mientras avanzaba, hacia lo desconocido. De repente, la neblina se disipó y un paisaje aterrador se reveló ante mis ojos. Un cementerio abandonado se extendía frente a mí, con tumbas desvencijadas y cruces torcidas. Mi corazón latía con fuerza. Una cripta en ruinas se destacaba en medio del camposanto, su puerta de piedra gastada por el tiempo se abrió. Una vez más, aquella voz susurró en mi oído, pero esta vez más clara y cercana: «Entra, encontrarás aquello que anhelas».
Temblorosa por el miedo, abrí la puerta de la cripta. Su chirrido resonó en todo el lugar, como un lúgubre grito del más allá. La oscuridad era opresiva, casi irrespirable. Distinguí una débil luz y me acerqué, pero lo que encontré en ese lugar heló mi sangre. Sobre una losa yacía una figura envuelta en una sábana blanca, como si fuera un cadáver recién enterrado. El miedo y la inquietud de conocer respuestas me hicieron extender mi mano temblorosa y retirar la sábana de un tirón. La figura no era un cadáver, sino mi propio cuerpo pudriéndose. Mi piel se desprendía y la cuenca de los ojos estaban vacíos. El terror recorrió cada fibra de mi ser mientras caí de rodillas incapaz de procesar lo que estaba presenciando. La voz sonó ahora en mi cabeza, pero esta vez con una risa irónica, burlona:
«Tu deseo se ha cumplido, aquí donde las brujas son dueñas de la oscuridad, serás eterna prisionera de tu propia vanidad».
Magnífico e inquietante relato. Descriptivo y visual. Y el final sorpresivo es un muy digno colofón.
ResponderEliminarMantiene en vilo; y el desasosiego va in crescendo hasta su desenlace.
Y es que hay que tener mucho cuidado con desear aquello que forma parte del otro lado…, sobre todo, con esa vanidad que siempre acaba pasando factura.
Muy bueno, Nuria.
Un placer tu participación.
Un abrazo grande 💙
Muchas gracias Ginebra por tu comentario, me alegra haber logrado crear esa atmósfera tan especial desde la imagen. Es un placer participar en tu convocatoria. Un fuerte abrazo. Ahora me toca leer al resto de participantes.
EliminarIntrigante relato que mantiene el interés en todo momento hasta el terrorífico final! Hay que tener cuidado con lo que se desea, que puede convertirse en realidad! Me ha encantado tu relato, digno de tan señaladas fechas! Je, je! Un abrazote Nuria!
ResponderEliminarGracias Marifelita, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
EliminarSí que es difícil lograr expresar un deseo, cualquiera sea, que no se torne en nuestra contra.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cierto José, gracias por tu visita. Un a
EliminarUn deseo que resultó una verdadera pesadilla. Hay que tener cuidado con lo que se desea, que se puede cumplir, dicen. Te agradezco tu visita a mi blog y tus comentarios, que no puedo publicar porque en esa entrada están moderados por el juego que propuse y son secretos ;) pero eres bienvenida siempre por supuesto.
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce semana.
Así es Dulce, hay que tener cuidado con los deseos. Sin duda volveré a pasar por tu blog con mucho gusto. Gracias y un abrazo
EliminarHay deseos que al cumplirse nos damos cuenta de que mejor no lo hubiésemos deseado jamás. Y con tu relato trepidante llevas esa idea al límite, con un final de lo más impactante. Pienso que has dado vida a la imagen del reto de Ginebra de forma excelente, si me tocan por la espalda cuando lo estaba leyendo seguramente hubiese dado un salto ji,ji.
ResponderEliminarBuena jornada, besos!!
Muchas gracias Ana, me alegra haber conseguido ese efecto. Un abrazo
EliminarUn buen relato muy adecuado a estas fechas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Federico, un abrazo
EliminarTremenda la sensación que has logrado con tu participación en este reto. Amén de que los que son de retos merecen todos mis respetos, insisto en que es tu fuerte todo esto. Qué ingenio y manera de llevarnos a través de todo el escrito. Felicidades Nuria! Eres bárbara 🌹
ResponderEliminarAy, Maty, me has emocionado. Muchas gracias por tus palabras, siempre es grato saberlo. Un fuerte abrazo amiga mía. 😍😘😘
EliminarLos pelos de punta me ha puesto tu tremendo relato. La tensión y el miedo se apoderan mientras lees.
ResponderEliminarExcelente relato Nuria!
Un abrazo,
Gracias, me alegra haber logrado el efecto deseado. Un fuerte abrazo.
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