Desde el blog El tintero de oro nos hace una interesante propuesta nacida de una publicación de Merche Soriano; las características son:
Escribir un micro de hasta 250 palabras en el que predomine un color, este puede ser el protagonista del relato o estar presente, como personaje secundario, por ejemplo, el color de un lugar o del escenario en el que se desarrollen los hechos.
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El resplandor carmesí del astro rey se filtra por las grietas. El calor sofocante del mediodía envuelve cada recoveco oscuro de la cueva, haciendo que incluso el aire parezca arder. Mis ojos luchan por acostumbrarse a la intensidad del rojo incandescente de la isla, en un intento para protegerme del sol abrasador. Me pongo mi sombrero hecho con lianas y siento cierto alivio. Sin embargo, no puedo evitar que las sombras del color rojo del fuego sigan a mi alrededor, creando una danza asfixiante. Pienso en la orilla de la playa mientras pequeños destellos rojos se filtran entre mis dedos. Mi corazón se acelera al pensar en el inmenso océano que se extiende hacia el horizonte, invitándome a adentrarme en su profundidad.
En mi mente, revolotean imágenes de nuestro amor. Recuerdo tu vestido de color rojo, tus labios que me traían dulces suspiros y esos ojos ardientes que me envolvían en un torbellino de emociones. Ahora, solo queda la nostalgia de tu amor en mi memoria.
La inmensidad del mar me rodea. Estoy atrapado en esta isla tan opresiva, llena de soledad, donde el murmullo de las aves hace un coro con cada nuevo día. Anhelo el frescor del rocío sobre las hojas verdes; tu compañía. Pienso en el inmenso horizonte que se extiende. En tus labios rojos, en algún lugar de la lejanía. Me dirijo a la playa y me sumerjo en el agua: no puedo esperar más.
(250 palabras)
Hola Nuria, qué relato más sugerente, una historia de nostalgia en la que el mar juega, también, un papel importante. ¿Qué pasará después? Me he quedado con la duda, jeje.
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo. :)
Hola Merche, yo creo que el protagonista atrapado por su soledad y la añoranza del amor de su vida, tira la toalla y se adentra en el mar para dejar de sufrir. Un abrazo
EliminarLas hervencias sentimentales y argumentales de tu idea para el micro, me parecieron sumamente interesantes. El final abierto, aunque me temo que tiende más a una decisión final muy madurada por el desgaste del aislamiento de tintes escatológicos (en el buen sentido griego de la palabra, "jo esjaton" no el otro) Y envolviéndolo en su conjunto, tu sensibilidad tan acendrada y bien dispuesta.
ResponderEliminar¡Ojalá Seas Muy Feliz estas jornadas de Reyes Magos!
¡¡¡¡¡¡¡ Y Salud y Templanza para MMXXIV!!!!!!!!!🧙♂️💚
Hola Juan, así es, el protagonista asfixiado por la soledad y el agobiante calor, toma la decisión de acabar para siempre con su dolor. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarHe sentido ese calor de tu relato.
ResponderEliminarEl calor abrasador, lo odio con toda mi alma. Soy de frío y que me pueda tapar.
Hola Noelia, yo también soy de invierno porque en verano lo paso fatal. Gracias. Un fuerte abrazo
EliminarHola Nuria, sin duda el calor irradia en tus palabras el calor, el sol que se mete por cada rendija y ese anhelo del fresco y la búsqueda del alivio. Muy bueno. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Ainhoa, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
Eliminarreciosotexto, poético y cálido. Me gustó! Un abrazo
ResponderEliminarlady_p
Gracias Lady, besitos
EliminarPrecioso y asfixiante relato. Has conseguido transmitir la sensación de perdida y agobio de manera perfecta. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rosa, me alegro que te guste un abrazo fuerte.
EliminarHola Nuria. Un rojo muy presente en todo el micro, primero como la tortura del calor abrasador del sol en la isla, y luego como evocación del amor perdido, la pasión y la esperanza del reencuentro, que es tan fuerte que el náufrago no duda en arrojarse al mar con la vana esperanza de recuperarlo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Jorge por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarEl demasiado calor, el rojo excesivo pueden llevarnos a esos extremos así como la excesiva luz nos ciega. Bien dicho! Un abrazo
ResponderEliminarGracias Juana, abrazos
Eliminar¡Hola, Nuria! Reflejas muy bien las herramientas que se ponen en funcionamiento cuando un ser humano no tiene nada, en el caso del micro ese náufrago encerrado en la jaula de barrotes marinos. El recuerdo de otros tiempos, el deseo y la esperanza como gasolina para seguir viviendo... E incluso para ver posible lo imposible y lanzarse a ello. Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarEl amor está reñido con la sensatez, por lo que tu Robinson Crusoe va a suicidarse en el mar buscando una utopía.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu micro, Nuria.
Un abrazo.
Gracias Macondo, me alegra que te guste. Un abrazo
EliminarAy ay ay! Una Alfonsina, pero en hombre. Desgarrador, me estremece que el dolor carcoma a tal grado a un ser humano como para acceder así nomás a ese Océano infinito. Felicidades Nuria, abrazos!
ResponderEliminarGracias Maty, es verdad, Alfonsina se adentro en el mar, no había caído en ese detalle, un abrazo.
EliminarDefinitivamente el color rojo puede ser abrumador! Sobretodo si nos recuerda el amor perdido y la pasión de otros tiempos! Y el color azul del mar, ideal para aplacarlo y compensar su furor! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias Marifelita por tu visita y comentario, un abrazo
EliminarMe imagino que se sumergiría en el mal cuando lo enrojeciese el sol con el ocaso. La soledad, el aislamiento, el deseo y la nostalgia combinan tanto como mal se llevan bajo los inclementes rayos del sol. Romanticismo con tintes tropicales. Imaginé a un pintor postimpresionista, náufrago en los Mares del Sur, preso de la añoranza de su bailarina del Moulin Rouge. Abrazo.
ResponderEliminarWoW, Fernando, que hermosa imaginación. Me encanta la comparación. Gracias. Un abrazo
EliminarHola!
ResponderEliminarUn relato lleno de sensibilidad y un perdedor sin remedio con el que es difícil no solidarizarse, un amor no correspondido, esa sensación de melancolía permanente y vacío frustrante en su rojo desolador.
Un saludo
Gracias yessykan por tu visita y comentario. Abrazos
EliminarHola Nuria, he sentido el asfixiante calor de tu rojo, muy bien transmitidas las sensaciones del protagonista. Enhorabuena por tu relato! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lulita, un abrazo
EliminarHola Nuria, un relato muy sugerente, donde el rojo es el color predominante. Has sabido "ambientar" muy bien tu relato y también nos has sabido presentar las emociones de tu protagonista. Creo que el final es digno de la historia. Una muerte elegida, para poder reunirse con su amor. Abrazos.
ResponderEliminarAsí es Ana, me alegra que te guste. La sensación de estar solo en una isla tropical me parece agobiante, de ahí el micro. Un abrazo
EliminarÉl está prisionero en una isla asfixiante y que le transmite soledad. Es como si estuviera habitando una dimensión paralela y la única vía de comunicación fuese adentrarse en el mar, dirigiéndose a un horizonte indefinido pero donde supone que se re-encontrará con ella.
ResponderEliminarYo lo interpreto como una pérdida que él desea recuperar para volver a compartir una vida.
Me ha encantado, Nuria.
Un abrazo.
Gracias Marcos, en realidad tienes más o menos razón, él tras darse cuenta que no volverá a verla decide que ante la soledad mejor la muerte y encontrarse con ella en otra vida. Un abrazo
EliminarUn relato tremendamente evocador. Muy melancólico y lleno de poesía. Me ha encantado, Nuria.
ResponderEliminarGracias Marta, me alegra que te guste. Un abrazo
EliminarMe has recordado estar en la playa bajo el sol abrasador escuchando las olas rompiendo en la orilla. Gratos recuerdos que vienen bien con el frío que hace ahora. Un abrazo.
ResponderEliminarLa verdad es que si Federico, el sonido de las olas contra las rocas en verano es relajante. Gracias. Un abrazo
EliminarHermoso micro, donde cada sensación es palpable, el calor abrasador, el fresco de las aguas que en su inmensidad lo separan de su amada, la soledad, muy bien narrado, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias Patry, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarHola, Nuria, el micro me ha parecido muy sentido, llega al lector esa soledad en medio de esa nada marina que lo hunde en pensamientos agradables pero sin esperanzas, por lo que decide lanzarse a otro destino quizás menos agobiante y doloroso pero igual de solitario. Ese resplandor carmesí es la única señal de vida que le queda ante tanta nostalgia azul.
ResponderEliminarUn final valiente y arriesgado que podría sorprender con algo inesperado..., un verde esperanza que siempre llevamos dentro.
Buen inicio del año y agradables días, un abrazo.
Gracias Harolina por tu visita y comentario. Me alegra que te haya gustado. Qué tengas un buen año. Un abrazo
EliminarEl carmesí que surge del sol asfixia como el sofocante calor del astro, Nuria. La interpretación final la dejas en nuestras manos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Gracias Miguel por tu visita y comentario. Un fuerte abrazo
EliminarHola Nuria.
ResponderEliminarUn relato muy sugerente, donde el rojo es el color predominante. Has sabido situar tu relato y nos has sabido presentar las emociones del protagonista. El final es digno de la historia. La búsqueda de la muerte para poder reunirse con su amor, es el único final posible.
Un abrazo.
Marlen.
Gracias Marlem, por tu visita y comentario. Un abrazo
Eliminar¡Hola Nuria! Me gusta como has utilizado el rojo para escenificar la pasión por un amor perdido y a la vez la añoranza por no poder volver a disfrutar de su compañía. Muy bien narrada esa sensación de que no puede continuar con su vida si no hay manera de disfrutar de la presencia de su amor.
ResponderEliminarUn saludo.
Así es Rocío, gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarHola, Nuria, un relato muy potente, pero mucho, como el propio color elegido. Su fuerza se empapa de las palabras y quedas con ganas de más, sobre todo eso, con ese final abierto que nos regalas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias Pepe, por tu visita y comentario. Un abrazo
Eliminarhe sentido tanto calor que me ha parecido una isla volcánica. offuuu, ni dentro de la cueva.
ResponderEliminarNo psrece wue tuviera mucha más salida... aunque mira a Tom Hanks.
Abrazooo
Jajajaja, gracias Gabilante por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarHola Nuria,
ResponderEliminarHas armado una historia de lo más encarnada. No es difícil ponerse en la piel de su protagonista y sentir que nos quema. Me ha encantado cómo has usado las palabras y cómo, con cada una de ellas, has sabido transmitirnos emociones que nos han llevado a acompañar a su dueño hasta la orilla de esa playa y sumergirnos con él en el mar para calmar ese fuego que nos abrasa por dentro.
Excelente trabajo.
Un fuerte abrazo.
Gracias Estrella por tu visita y comentario, me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo
EliminarHola, Nuria, que bien has reflejado en el relato la angustia, la soledad, el calor opresivo, el rojo intenso casi de la desesperación, con ese no poder más... Y esa nostalgia, como un recuerdo que pretende alcanzar. El final promete una segunda parte. ¿Aliviará el agua del mar tanta desolación? Muy bueno.!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Mila, me alegra que te guste. Eres la única que se ha dado cuenta de que el final lo había dejado abierto. Son varias las opciones para una segunda parte. Un abrazo
EliminarHola Nuria, me gusta el contraste entre ese rojo asixiante que recuerda al amor perdido y la calma del mar. En esa situación, quién no elegiría el mar! Buen relato, un abrazo!
ResponderEliminarGracias Lola, me alegra que te guste. Un abrazo
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