En el tiempo es perecedero
y mi negra melancolía llora
por cansancio y añoranza
de quien la vida me dio.
Hoy, me refugio en mis letras,
mis versos, prosa y poemas;
son el desahogo de mi alma
que desgastada de amor habla.
En mis sueños, mi pluma
cansada, gritaba que no
cesará, erudita o no,
y siguiendo mi convicción.
Si las páginas veo blancas
recurro a mi corazón,
que palpita animado y
escribe con devoción.
Este va a ser mi camino
difícil o no, pero las letras
me dan vida y alimentan
mi corazón.
Poeta y escritor, nunca dejes
de escribir, no hay mejor
terapia, que tu pluma y letras
compartir.
El cielo se alza rojizo, en el
crepúsculo efímero,
mi catarsis, queda anclada
en mi corazón, y en mis
venas el cansancio y la ilusión.
Publicado por la web de literatura Poetainos.com
«Condecorado con la Flor de Oro».
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