De niña, no podía salir a jugar al patio del cole a causa de mi enfermedad. Añoraba el columpio. Me regalaron una muñeca llorona. No me gustó. Tampoco el zumo de piña que mamá me obligaba a beber. Cuando fui una quinceañera escapé. ¡Ya, no era una niña!
Tropecé y me partí una uña, ¡Qué putada! Iba a la fiesta con un precioso pañuelo de color añil y me rompo una uña. Empezaba bien el día. Apenas ando un poco, resbalé, la cena acabó en el suelo y yo con el moño destrozado.
Letra de Palabras
La añoranza, huraña; quiso arañar mi alma. Puño en alto le planté cara pues no era una niña. Más bien me veía añeja, rancia, incluso mi muñeca hinchada me recordó que ni una lata de piña pude abrir. Mi gato ñoño ronroneó junto a mi; la añoranza ganó.
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