Convocatoria del los jueves:
Una cena Especial...
Para más información entra en el blog de la anfitriona CAMPIRELA
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Desde que perdí a mi hermana, a mi sobrina, a mi padre y a mi madre, las noches de Nochebuena, Navidad y Año Nuevo han perdido todo su sentido. Ya no encuentro la ilusión que antes me brindaban, como si la ausencia de ellos fuese una carga, cada vez, más difícil de llevar. Me siento frente a la mesa, bajo la luz cálida de las velas, pero algo en esa cena me incomoda. Es como si una sombra se deslizara entre los platos y el olor del pollo asado, perturbando esa calma que tanto esfuerzo me cuesta mantener. A veces imagino que ellos, están ahí, sentados con nosotros, pero no sonríen. No participan de la alegría que yo finjo con una sonrisa que cada año es más pesada.
En medio de las conversaciones de mis hijos y el alboroto de mis nietos, siento su presencia que no me abandona. Me parece que están molestos, o quizás soy yo la que no logra aceptar que ya no están. Cada villancico que suena me desgarra un poco más, como si fuera un recordatorio del vacío que llevo, del dolor que intento enterrar para no arruinar la noche a los demás. Pero no puedo evitar sentir que es una traición a su memoria. ¿Cómo puedo brindar? ¿Cómo puedo reír, cuando sé que desde que se fueron, algo dentro de mí se rompió para siempre?
Y, sin embargo, cada año repito el mismo ritual. Preparo la mesa navideña, decoro el árbol, monto el Belén y preparo los roscos de anís con la receta de mi madre. Y una semana antes, ya he organizado los regalos, para mis hijos y nietos, porque no quiero que carguen con esta tristeza. No puedo permitir que perciban la sombra que me envuelve, ni la culpa que me atrapa cada vez que me siento a la mesa en Nochebuena.
A veces, me pregunto: ¿por qué no puedo evitar sentirme culpable al celebrar esta festividad? Pero sé que, en el fondo, cada Navidad me rompe un poco más. Suena el timbre. Oigo la voz de mis nietos. Me obligo a sonreír y abro la puerta, sabiendo que su presencia también está con nosotros. Suenan las panderetas, los villancicos, empieza la cena de Nochebuena.
Gracias, Nuria, tu texto lleva tanta verdad, que lo entendido perfectamente. A veces nos sentimos culpables de sonreír y ser felices cuando alguien falta o hay algún problema, Pero la vida amiga sigue.
ResponderEliminarSi en verdad lo pensamos aquellos que ya no están serán felices de vernos a nosotros bien, al menos esa es mi esperanza. Un besazo y muy feliz noche.
Si tienes razón Campirela, reconozco que se me hace muy difícil, pero tienes razón hay que continuar. Un abrazo gigante
EliminarA veces la tradición exige sacrificios
ResponderEliminarAsí es Cabrónidas, un abrazo.
EliminarEl sentido de la Navidad este año ha sido mas soportable. Tengo recuerdos de otros años que fueron mas amargos en ese sentir de Navidad donde la garganta te hace un nudo y retienes una lágrima para que no salga. Este año la Navidad se me ha echado encima casi sin esperarla y quizá sean los años los que me ayudan a llevarla mejor. Esta noche estaré solo en mi casa como siempre y a partir de las 12:30, trabajaré toda la noche y no me pesará porque me gusta mi trabajo. Será por cosas del destino que desde hace unos años me siento feliz; con la conciencia tranquila y disfrutando de mi propia compañía. Malos ratos he tenido pero vuelvo a mi ser siempre intentando ser mejor persona. Mi madre aun vive. Es una persona dependiente de sus hijos pero, tiene una espiritualidad y una sencillez que nunca la conocí en ella. Soy bastante cerrado para mis adentros pero cuando escribo soy un libro abierto. Poco a poco me voy acercando a ese centro que me espera; esa vocecita de mi conciencia que a veces me habla y me da sentimientos puros donde antes no los tuve. Esta noche como es natural también cenaré solo en casa y después me iré a trabajar alegre porque la noche creo que promete. No tengo adornos navideños y la cena consiste en verduras y zumo de naranja. Llamaré a mi familia como un día cualquiera porque este sentir que tengo no es de solo Navidad sino, de todo el año...
ResponderEliminarLo importante es sentirse bien con unos mismo. Feliz Navidad.
EliminarEn estas fechas los que faltan están muy presentes y hay que hacer un esfuerzo por los demás, por los que sí están, para que todo resulte grato. Un abrazo!
ResponderEliminarTienes razón Lady, es duro, pero por la familia hay que esforzarse. Un abrazo grande
EliminarUn relato muy real donde manifiesta el sentir de muchas personas, yo extraño a mis padres, abuelos, tíos que ya no están, pero siento que gracias a ellos aprendí a disfrutar y vivir la navidad con alegría cuando era niña, entonces una manera de homenajearlos es vivir con alegría estas fechas, aunque a veces alguna lágrima se me escapa, no lo siento como un peso.
ResponderEliminarMuy bonita y bien narrada historia Nuria.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Una historia muy conmovedora y es tan real hoy día en la mayoría de las familias, no es fácil soltar, y en cada detalle están ellos presentes y recordándonos cuan cerca están en esos momentos de nosotros, aunque la melancolía nos gane también hay que sacar fuerzas para dar los mejor de nosotros a cada corazón presente en esa mesa ....Felices fiestas.
ResponderEliminarUna historia muy conmovedora y es tan real hoy día en la mayoría de las familias, no es fácil soltar, y en cada detalle están ellos presentes y recordándonos cuan cerca están en esos momentos de nosotros, aunque la melancolía nos gane también hay que sacar fuerzas para dar los mejor de nosotros a cada corazón presente en esa mesa ....Felices fiestas.
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