Seguidores

jueves, 5 de diciembre de 2024

El entramado





Desde el blog el El tintero de oro la propuesta para el concurso de este mes, es más que interesante: 

          El jardinero fiel

Bases: Un relato donde un personaje destape la corrupción de un gran estamento. Extensión: Máximo 900 palabras. Plazo: Del 1 al 15 de diciembre de 2024.

                      **********


Julio Hernández, periodista, ya no dormía bien desde que comenzó a seguir la pista de lo que parecía ser el caso más grande de su carrera. La llamada llegó en plena madrugada. Al otro lado de la línea, una voz nerviosa, pronunció las palabras que esperaba. «Tienes razón, en lo que sospechas...»... «Es peor de lo que imaginas». Y colgó el auricular. Tiempo atrás, la muerte, supuestamente accidental, de un funcionario de obras públicas, despertó su instinto. El funcionario Salvador Ponce, trabajaba en la asignación de contratos millonarios para la construcción de autopistas.


Según el boletín oficial, fue un accidente común, pero él descubrió que Ponce había intentado contactar con medios locales antes de morir. Y ahí se despertó su olfato investigador. Su fuente le confirmó que había pruebas: contratos inflados, desvío de fondos y sobornos en el más alto nivel. Durante meses buscó en documentos, y escarbó en entrevistas. Poco a poco las piezas parecían encajar. Sobornó a un funcionario del ministerio de obras públicas y descubrió una posible red de corrupción que no solo involucraba a empresarios, sino también a jueces, y ministros. Las obras públicas destinadas a mejorar la vida de los ciudadanos en realidad eran una tapadera para ocultar el negocio sucio que enriquecía a unos pocos a costa de la seguridad y recurso de todos. Sin embargo, necesitaba pruebas irrefutables; algo que no pudieran ignorar. Por eso, cuando su teléfono sonó, su corazón se disparó. Fue la confirmación que esperaba, aunque también le avisaba del peligro que corría; pisaba terreno peligroso. Al día siguiente se reunió con el confidente en un parking alejado de la ciudad. El hombre ocultaba los ojos bajo unas gafas oscuras y el rostro debajo de una gorra. Este le entregó un pendrive; «aquí están los correos, transferencias y nombres de todo el entramado». ¡Ojo! «Tenga cuidado». «No les gustará que esto salga a la luz, ni les temblará el pulso si pueden impedirlo». Julio se dirigió sin perder tiempo a su apartamento. Al revisar el pendrive y ver el contenido, comprendió que la corrupción era más compleja de lo que había pensado, llegando incluso a altos cargos del gobierno que estaban involucrados en un engranaje para desviar fondos de las obras públicas a cuentas privadas en paraísos fiscales. Muchos de los contratos se adjudicaron a empresas que no cumplían las normas de seguridad, lo cual explicaba el aumento de muertes laborales y accidentes, tras colapsar varios puentes meses después de su construcción, en los últimos años. Se dijo que no debía perder ni un minuto de tiempo, pues su vida corría peligro. Publicó el artículo esa misma noche. Lo distribuyó en varias plataformas nacionales e internacionales para asegurarse de que no fuera silenciado. La reacción fue inmediata. En pocos minutos el escándalo corrió como la pólvora. Algunos de los involucrados fueron detenidos mientras otros huían del país. La gente indignada salió a la calle en una gran manifestación. Pero tiempo después, fueron puestos en libertad. Sin embargo, todo cambió para Hernández: recluido en la habitación de un motel de carretera con un nombre falso, no pudo volver a su trabajo. La sensación de que alguien le seguía con intenciones no muy agradables le hizo ocultarse como una rata callejera.



El mal contra el mal








 Ginebra Blonde desde su blog Varietés 

Nos propone para diciembre que dejándolo en comentarios, creemos cualquier texto; poema; pensamiento…, de lo que se deseé expresar sobre la vida y la asimilación de todo cuanto en ella sucede; de las emociones o de cualquier tema que os surja. Posteriormente lo publicará cual valioso tesoro en el blog de autores: 

Lovelybloggers 

                         ***********


Aquí en este rincón de mi universo dejo la pauta de mis versos, en esta tarde de crepúsculos rojos y sueños etéreos, busco el jardín de los recuerdos.

¡Qué locura!

El mar es como un pozo cristalino bajo la lánguida mirada de las olas.

¡La noche es una ofrenda!

El mal contra el mal, silenciosa sombra que se esfuma y se disuelve entre la espuma.

No quiero el ósculo frío; que el huracán fulgura con el viento vacío.

¿Quién recorre el resplandor matutino?

La aurora, el alba, o el fatídico destino.

Sucumbo a la ruptura de las hojas, es la vida; la vida.

Y engarzo la tempestad con calma en la pupila inquieta que interpreta mis letras.

Ni la voz del alma, ni el lenguaje de mi pluma taciturna, se clavan en la sombra del pasado.

En este torrente de líneas fugaces un corazón palpita el anhelo profundo.

Ausentes temores, divagaciones presentes.

Ahora seguiré escribiendo; tal vez, si recuerdo el soneto sereno en la arena plácida lo consiga.

¡Nace la angustia directa! Ebria de sueños y ausencia, no da tregua.

No acerques los sentidos, nadie sabe si la tierra polvorienta muere.

Luz de mis huellas; lenta nostalgia que arde.

Pero sorda y confusa busca la luz de la luna.

Porque el mal, contra el mal, casi siempre tiene la última palabra.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Algo llamó su atención


     Escribir jugando Diciembre 

Lidia Castro, este mes nos propone: crear un microrrelato o poesía (máx. 100 palabras) inspirándote en la carta.

En tu creación debe aparecer el dado: niña con capa / Caperucita.

Opcional, que aparezca en la historia algo relacionado con esta localización: Observatorio.

Bases y participantes Aquí


Bajo el manto estrellado, lee con avidez las páginas del diario. La sección de cuentos es su favorita. Lee con entusiasmo: «Caperucita ha caído en la trampa y avanza por el bosque hacia la casa de su abuela, tarareando una melodía». «De repente, una luz en la lejanía capta su atención; es un observatorio».

«Qué maravilla», piensa la niña. «Voy a detenerme a contemplar las estrellas...»

Con un gesto brusco, el hombre lanza lejos el diario.

—¡Qué basura es esta! —exclama—. ¿Cómo se atreven a destrozar un clásico como Caperucita? ¡Malditos! ¡Ahora, compraré los cuentos en la librería!



Sin retroceder




 Siento el peso de la maleta, pero es más ligero que el de mis dudas. No sé dónde va este tren, ni me importa. Me han dicho que a veces hay que perderse para encontrarse, y hoy decido hacerlo. El silbido anuncia la partida y, mientras subo, dejo atrás todas las preguntas. Solo me llevo el vacío de lo incierto, esperando que me llene en el camino.

El vagón está medio vacío, pero en cada asiento veo reflejos de historias que aún no conozco. Me acomodo junto a la ventana, viendo cómo el paisaje borroso se va disolviendo en mis pensamientos. El traqueteo del tren me arrulla, como si quisiera persuadirme de que este viaje es más que una simple huida. Los rostros de los demás pasajeros son un misterio, y me pregunto si ellos también están escapando de algo. Afuera, las luces de las estaciones parpadean como recuerdos lejanos, pero sigo adelante. No hay marcha atrás, y, por primera vez, eso no me asusta.






martes, 3 de diciembre de 2024

Éramos amigos


    Convocatoria, cada jueves un relato...

            Tu y yo en una isla

Bases y participantes Aquí

«Nunca cambiarás tu vida hasta que cambies algo que haces a diario».


Nos embarcamos en el velero como quien se lanza al abismo con los ojos cerrados, huyendo de la estresante rutina laboral. El mar asomaba como un manto de seda azul. Hubo días de paz bajo un cielo tan azul que parecía un lienzo. Pero la tormenta llegó, sin advertencia, como una bestia desatada en la oscuridad. El cielo se fracturó en gritos de truenos, y las olas, antes apacibles, se levantaron dispuestas a devorarnos. Cada embestida sacudía el velero con fuerza; el viento, afilado como cuchillas, desgarraba las velas. El casco crujía, quejándose bajo la presión, mientras nosotros, nos aferrábamos a las cuerdas, luchando en vano contra la ira de la tormenta.

El mástil cedió con un crujido sordo, partiéndose como si fuera un juguete en manos de un niño caprichoso. Entonces, el mundo se vino abajo. La ola más grande, y monstruosa, se alzó ante nosotros, amenazando con tragarnos. Golpeó con la fuerza de mil demonios, y el velero se volcó.

«Recuerdo el frío cortante del agua, cómo me hundía en el abismo, y mi respiración que se me escapaba en un torbellino de burbujas». «Creí que era el final, que allí moriría ahogado».

Flotamos a la deriva aferrados a los restos del velero, temblando de frío y miedo. El tiempo perdió su sentido, mientras la noche nos envolvía, y el sonido de las olas marcaba el ritmo de nuestra agonía. Cuando divisamos la isla, fue como ver un espejismo. Logramos alcanzar la orilla casi sin aliento. 

Días después, el hambre nos empujó a tomar riesgos. Fue entonces cuando encontramos unas bayas, de un rojo intenso, que brillaban entre las hojas como pequeñas joyas. Cansados de comer peces, nos hartamos de bayas hasta no poder más. Pero a las pocas horas, un malestar ardiente comenzó a extenderse por mi estómago. Mi compañero palideció, y un sudor frío se formó en su rostro.

—¿Qué demonios comimos? —pregunté, doblándome de dolor y, de repente, tuve lo que solo puedo describir como una enorme sensación de temor.

—Dijiste que eran comestibles, —respondió él, con un filo acusador.

Las horas siguientes fueron un infierno. La picazón en la piel, las náuseas y el mareo: parecíamos borrachos caminando por la orilla. Pero lo peor no fue la indigestión, sino lo que desató entre nosotros. 

—Eres un energúmeno, —espeté, entre arcadas.

—¡Tú tienes la culpa! —gritó él, crispado.

Las palabras se volvieron veneno. Estábamos atrapados, enfermos, vulnerables, y en lugar de apoyarnos, cavábamos más profundo el pozo del resentimiento. Al caer la noche, tumbados en la arena, el dolor físico menguó, pero la herida seguía abierta. La convivencia estaba rota. Lo peor de estar varados no era la soledad, sino el hecho de que, en una isla desierta, el enemigo, puede ser la única otra persona con quien compartes ese infierno.




lunes, 2 de diciembre de 2024

Está niña debe vivir


 

Autora Helene Holzman

Editorial ‎Galaxia Gutenberg, S.L.

1 edición octubre 2005

Idioma ‎Español

Tapa dura ‎400 páginas

Peso del producto ‎610 g


Sinopsis 

En junio de 1941, en Kaunas, el marido de Helene Holzman [un reconocido librero] desapareció para siempre. Poco tiempo después, su hija mayor, Marie, de tan sólo diecinueve años, fue detenida y más tarde fusilada. Helene siguió viviendo. Con elevado riesgo: [®Marido judío, hija comunista]. anotó un funcionario en un registro nocturno de su vivienda. Tras vencer la desesperación, decidió no sólo salvar a su hija menor, Margarete, sino también a cuantas personas le fuera posible, en especial a los niños del gueto de Kaunas. ®Esta obra cambiará su visión sobre la historia. [Frankfurter Allgemeine Zeitung].


Opinión 

Helene Holzman y su marido Max, librero de origen judío, se creían a salvo en Lituania, donde habían llegado desde su Alemania natal, pero en 1941 las tropas de Hitler invadieron el pequeño país. Los nazis y sus colaboradores lituanos se llevaron para siempre a Max y a su hija mayor. Pero Helene no se hundió, determinada a salvar la vida de su otra hija, la pequeña Margarete. Su valor no sólo las mantuvo vivas, sino que salvó también las vidas de muchos niños judíos del gueto. Tras la muerte de su madre, Margarete conservó sus cuadernos, un documento histórico de enorme importancia, testimonio de la resistencia a un terror que llegó a todos los rincones de Europa, ya que después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Helene Holzman, pintora, librera y profesora, se consagró a la tarea de anotar cuanto vivió y sufrió en uno de los lugares más remotos del Holocausto, la ciudad lituana de Kaunas.

Un libro que te deja la piel de gallina y demuestra de lo que es capaz el ser humano por sobrevivir y proteger a su familia. Desgarradora, y de fácil narrativa es una novela que impacta por su contenido, pero necesario para que se sepa las barbaridades que la Alemania nazi al mando de Hitler hizo contra la comunidad judía.


Está reseña participa en el reto 24 quilos de conocimiento 




El pueblo maldito


Según cuentan los lugareños, Ochate sufrió una serie de desgracias que llevaron a su despoblación. Se dice que entre los siglos XVIII y XIX, el pueblo vivió tres epidemias devastadoras (viruela, tifus y cólera) que diezmaron a su población en cuestión de años. La revista Mundo Desconocido publicaría el artículo "Luces en la puerta secreta" que arrojaría tanta luz como misterio a la historia de Ochate. 

Este pueblo burgalés, habitado por una naturaleza salvaje, abandonado entre verdes montañas y a apenas 33 kilómetros de Miranda de Ebro, es un "pueblo maldito".

Las historias sobre Ochate hablan de fenómenos paranormales, bolas de fuego cruzando el cielo estrellado, psicofonías, voces de niños en las sombras y fantasmas que te susurran al oído. Conocido en el siglo XII como Diablos de Ochate (se desconoce el motivo), cabe recordar que este fue un pueblo próspero.

Situado estratégicamente, en mitad de la antigua Ruta del Vino y del Pescado que unía la Rioja Alavesa con el Mar Cantábrico, allá por el año 1522, por Ochate pasaban los arrieros vascos transportando pescado en salazón hacia el interior y regresaban con las mulas cargadas de trigo, sal y vino. Lejos de ser maldito, era parada obligatoria de una de las grandes rutas comerciales del norte de la Península. Con los negocios que se hicieron, se levantó el casco urbano del pueblo y se construyó la iglesia de San Miguel (siglo XVI).

La apertura del Camino Real Nuevo de Vitoria a Laguardia, a principios del siglo XIX, fue el principio del fin para Ochate y el comienzo de todas las leyendas que circulan en torno a él. Los comerciantes dejaron de pasar por el pueblo con sus arrieros y los habitantes de Ochate se vieron obligados a abandonar sus casas, buscando oportunidades en otros lugares. El último en irse lo hizo en 1936. El comienzo de la Guerra Civil terminó de sentenciar cualquier posibilidad de regreso. ¿O fue algo más?

El testimonio de Prudencio Muguruza que se recoge en el artículo de la revista Mundo desconocido... Según sus palabras, un fogonazo de luz habría caído sobre la ermita de Burgondo, algo que él mismo definiría como experiencia paranormal y que despertó la curiosidad de ufólogos e investigadores; tanto que sus fotos llegaron a la NASA, donde se calificaría a este halo de luz como un OVNI. «El misterio estaba servido».

A partir de este momento, Ochate fue escenario de numerosas sesiones de espiritismo, rituales de magia negra y ceremonias en las que se invocaba a los espíritus de vecinos del "pueblo maldito" cuyas terribles historias habían saltado a la prensa, sobre todo, dos de ellas: la de Antonio Villegas, el párroco del pueblo desaparecido de camino a la ermita, y Jacinto Ramírez, un pastor que, en 1936, habría asesinado a un vecino durante una disputa.


La torre de la antigua iglesia de San Miguel, las piedras que resisten en pie de dos casas aledañas y, en lo alto, los restos de la ermita de Burgondo son lo que queda de Ochate. El tiempo ha caído sobre este "pueblo maldito" de Burgos como una losa.


La desaparición, en 1868, de don Antonio Villegas, párroco del pueblo... Durante días, los vecinos y la recién creada Guardia Civil, recorrieron la zona buscándolo, pero las batidas resultaron infructuosas y nunca más se supo de él.

Gracias a las cartas que la criada de Antonio Villegas escribió a su madre, se ha podido saber que se dirigía a Buenos Aires, aunque en Montevideo le ofrecieron quedarse a trabajar allí. 

Tiempo después unas nuevas cartas dieron un vuelco a otro de los misterios del pueblo abandonado. Cuando ya estaba descartada la existencia de las supuestas epidemias que habían asolado aquel lugar, una misiva escrita por el vicario de Trebiño hizo que se replanteara esta hipótesis.

En ella se lee lo siguiente en referencia al cura desaparecido: “Abandonando la parroquia cuando más necesario era, pues antes de marcharse murió de viruela una muchacha de 19 años y un mozo de 26, quedando atrás otros vecinos con la misma enfermedad”. 

Un misterio que dura y cuya recomendación es no ir al pueblo solo. ¿Por qué será?


sábado, 30 de noviembre de 2024

La maternidad de Elna

 


Autora Assumpta Montellá

Editorial ‎Now Books

1 edición febrero 2007

Idioma ‎Español

Tapa dura ‎167 páginas

Peso del producto ‎440 g


Sinopsis 

La maternidad de Elna es el testimonio emocionante de unas mujeres que, estando a punto de dar a luz, fueron rescatadas de los campos de concentración republicanos de Sant Cebrià de Rosselló, Argelers y Ribesaltes, donde vivían en lamentables condiciones, y fueron acogidas en una maternidad que fundó la maestra suiza Elisabeth Eidenbenz. Allí pudieron ver nacer y alimentar a sus bebés en condiciones excepcionales. La maternidad de Elna es pues la heroica historia de una mujer que salvó a 597 recién nacidos de una muerte segura.

En esta novela se descubre uno de los capítulos más dramáticos, tiernos y desconocidos de la posguerra catalana. Entre 1939 y 1944 la suiza Elisabeth Eidenbenz salvó la vida de 597 niños. Eran hijos de las exiliadas catalanas y españolas que malvivían en condiciones penosas en los campos de refugiados republicanos de Sant Cebrià de Rosselló, Argelers y Ribesaltes, y tuvieron la suerte de ser acogidas en la maternidad que creó Eidenbenz. 

"Había una madre que no tenia leche y el niño lloraba de hambre noche y día. Cuando éste se rendía de tanto llorar, se dormía y ella lo calentaba con su cuerpo. Las mantas que tenían todavía estaban mojadas desde aquellos días terribles de febrero. Cuando salía el sol, enterraba al pequeño en la arena hasta dejarlo cubierto y con la cabecita fuera. La arena le servia de manta. Pasaron unos cuantos días, pero finalmente el niño murió de hambre y de frío. Yo estaba embarazada y sólo pensar que mi hijo nacería en ese infierno me desesperaba". Mercè Domènech (Portbou, 2004)



Opinión 

La maternidad de Elna, es un libro con una narrativa fluida y sencilla de gran impacto emocional. Elisabeth Eidenbenz fue una mujer muy valiente, poniendo su propia vida en peligro puesto que sí los alemanes, que hicieron varias redadas en la maternidad, hubieran descubierto a algunas de las jóvenes que ocultó, habría corrido la misma suerte que ellas. No sólo salvó a las madres, sino a los niños. Tras la lectura de este libro, hice un viaje a Colliure. Allí visitamos la tumba de Antonio Machado, leímos unas poesías en su honor y posteriormente fuimos a la maternidad de Elna. Aquello me impresionó mucho, ver cómo vivían y con la humildad que se comían unas simples patatas cocidas, en algunas grabaciones hechas por la propia Elisabeth Eidenbenz de las chicas y sus bebés. Después visitamos la playa de Árgelers, donde lanzamos rosas rojas al mar como homenaje a los fallecidos, lugar del que Elisabeth logró rescatar a la mayoría de mujeres embarazadas; les cambiaba la fecha del parto para poder llevarlas a la maternidad y posteriormente su nombre. La inmundicia de la playa, la pérdida de la dignidad de los refugiados obligados a hacer sus necesidades en retretes comunitarios a la intemperie y las refugiadas que calentaban la poca leche que les daban para los bebés, en una lata de sardinas: y que fueron españoles obligados a permanecer en esa playa donde murieron niños, mujeres y hombres durante los meses de enero, febrero, y marzo con un frío terrible, que será siempre una vergüenza no aceptada por parte de Francia. Aún y así han tenido la dignidad de dejar una pequeña placa conmemorativa rememorando a todos los refugiados republicanos que se vieron obligados a refugiarse en aquel campo situado en aquella triste playa.


Aquí en una entrevista de TV Rubi


Y aquí con la escultura que hice para la exposición y que se llevó el primer premio.


Está reseña participa en el reto 24 quilos de conocimiento 




viernes, 29 de noviembre de 2024

En su soledad


Este relato participa en el reto de noviembre del blog Medium #relatosFaro  @divagacionistas


En lo alto de un acantilado azotado por vientos implacables, se erige un faro solitario. Su torre, envejecida por el salitre y los años, desafía al tiempo con una dignidad inquebrantable. Cada noche, su luz parpadea en la oscuridad infinita del océano, con un destello constante entre las sombras que se desploman sobre el mar. No hay barcos que lo visiten ni voces que lo llamen, pero su misión sigue intacta: guiar a quienes se aventuran en la profundidad del horizonte marino. 

El guardián del faro, un hombre tan viejo como la estructura misma, pasa sus días en silencio. Su única compañía es el sonido rítmico de las olas rompiendo contra las rocas y el canto lejano de las aves marinas. No necesita más. Ha aprendido a entender los caprichos del viento y a leer el lenguaje oculto en los cambios de la marea. Las estaciones pasan, las tormentas rugen, pero él permanece, fiel a su tarea.

Al caer la noche, el faro despierta una vez más, extendiendo su haz de luz sobre las aguas negras. Aunque nadie lo vea, aunque el mundo haya cambiado y olvidado su función, el faro sigue brillando. Es una promesa silenciosa, un faro de esperanza en la vastedad, inmune al paso del tiempo y al olvido. La soledad lo envuelve, pero su luz nunca se apaga.



El silencio de los telares

 

Autora Assumpta Montellá 

Editorial ‎ARA LLIBRES,SCCL 

1 edición septiembre 2013

Idioma ‎Español

Tapa blanda ‎240 páginas

Peso del producto ‎390 g


Sinopsis 

Assumpta Montellà nos enseña el papel que desempeñaron las mujeres en las colonias textiles catalanas. Este libro es un viaje desde la primera guerra mundial y la república hasta la represión franquista, pasando por la guerra civil. Un gran retrato de la mujer en la industria catalana, desde la revolución industrial hasta el cierre de las fábricas.

El silencio de los telares da voz a las mujeres y niñas que durante décadas trabajaron en las colonias textiles de Catalunya. Desde el inicio de la industria catalana hasta nuestros días, pasando por la Guerra Civil y la represión de la posguerra, sus testimonios expresan una forma de vivir marcada por un oficio lleno de condiciones precarias. Las trabajadoras de las fábricas son las protagonistas principales, pero también tienen cabida las mujeres de los dueños, las criadas, las sacristanes, y así, ir sumando miradas femeninas que se reunían en torno a una colonia textil, de orígenes bien diferentes, con opiniones muy distintas. 

"Lo que ocurría en las colonias era indigno e inmoral, y quién diga lo contrario, miente. Nosotros, que veníamos de payés, suerte tuvimos de las colonias y los dueños, si no, nos habríamos muerto de hambre. En las colonias teníamos plato en la mesa, techo y trabajo seguro".


Opinión 

Un libro, con historias y sucesos reales, y con una narrativa sencilla que desde luego te provoca un sin fin de sentimientos. Una época de penurias, silencios obligados y miseria. El silencio de los telares te obliga a situarte en un tiempo duro, terrible y a la vez triste y emotivo despertando fuertes sensaciones que las protagonistas provocan con su testimonio.


Está reseña participa en el reto 24 quilos de conocimiento 



El entramado

Desde el blog el  El tintero de oro  la propuesta para el concurso de este mes, es más que interesante:            El jardinero fiel Bases: ...