Convocatoria de Relatos – 1 de Enero de 2026...
"Escribiendo el primer día del año”
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"El minuto después de las campanadas”
«Ese instante en el que todo el mundo respira, se abraza, piensa, recuerda o mete la pata. Puede ser un momento mágico, divertido o inesperado. Lo que ocurre justo después de las uvas puede dar para una historia preciosa».
El champán descansaba sobre la mesa como un invitado impaciente, y las uvas, repartidas en doce cuencos, parecían pequeñas esferas brillando bajo la luz cálida del salón. Todos conteníamos la respiración mientras la bola del reloj descendía, solemne, anunciando el final de un año que ya empezaba a despedirse. Sonaron las campanadas y comenzó el ritual: bocas llenas, risas ahogadas, alguien que se atraganta, otro que se equivoca de ritmo. Al terminar la última uva, el mundo entero pareció hacer una pausa. Ese instante exacto en el que todos respiramos a la vez y nos abrazamos sin pensar.
Justo entonces, cuando los brindis empezaban a multiplicarse y las felicitaciones se repetían, ocurrió lo inesperado. Toby, el perro de la familia, que había observado todo, saltó sobre la mesa atraído por el olor del champán. En un segundo, las copas volaron, el tapón salió disparado y el salón se llenó de burbujas y gritos entre carcajadas. Nadie se enfadó. Al contrario, fue como si aquel pequeño caos nos hubiera devuelto a la infancia.
Entre risas, alguien puso música, otro empezó a bailar con una guirnalda en la cabeza y tía Tula confesó que llevaba las bragas rojas del revés “por si acaso”. Yo reía también, aunque por dentro seguía sintiéndome una observadora silenciosa. Me abracé a todos, brindé, choqué copas y deseé lo mejor, mientras una parte de mí repasaba lo que dejaba atrás: planes rotos, pérdidas discretas, sueños aplazados.
Pero en medio de aquel desorden feliz, me di cuenta de que nadie estaba pensando en el año que se iba ni en el que venía, sino en ese instante, ese ahora imperfecto y divertido; quizás no hacía falta tenerlo todo claro para empezar de nuevo. A veces basta con respirar, reírse de lo inesperado y dejar que el champán se derrame un poco. Porque justo después de las uvas, cuando nadie lo planea, la vida se cuela y te recuerda que aún sabe sorprender.

Esas campanadas han llegado con un día de adelanto a través de tus letras.
ResponderEliminarHe visto la escena ese caos es lo mejor de todo, porque él nos dice que somos humanos e imperfectos, y ahí radica la libertad del ser humano. Gracias Nuria por tu aporte tan lindo y real. Ese instante es único y él es que hay que aprovecharlo.
Un besote grande, y mis mejores deseos para ti , que ese nuevo año te colme de salud , y que esos pequeños baches sean superables. Feliz año 2026.
Nuria, que lindo texto! Tantas vezes palnejamos os mínimos detalhes de uma festa e algo nos surpreende, tal como o cãozinho o fez... Imagino a cena e ainda bem gargalhadas boas,soltas risadas e harmonia . Viveram o MOMENTO. E era o que importava. O DEPOIS fica pra depois....
ResponderEliminarFeliz 2026! beijos, tudo de bom,chica