Seguidores

lunes, 22 de diciembre de 2025

La tentación


 Convocatoria del jueves 

         La Navidad que casi no sucede

  Más información en el blog de la anfitriona 👉 Campirela


Parecía un lugar yermo e inhóspito, pero era mi hogar; aunque, consciente de la delicada situación, mi espíritu clamaba por redimirse. Las llamas quebraban la madera y el humo invadía el rostro de mis demonios, como si la mismísima parca hubiera venido a absolverme.

Paparruchas —me dije al despertar en aquel purgatorio al día siguiente—. Navidad: ningún hierro candente profanaría mis fantasmas. Tenía que comulgar. Y entonces, de forma espontánea, mi habitación se iluminó. ¡Menudo lumbreras! La ironía entró en mi pensamiento y maldije; volvía a pecar.

El descaro de mis pensamientos hería con severidad mi corazón en una fecha en la que las pesadillas se volvían insoportables, hasta hacerme incapaz de abandonar la burbuja en la que me sumergía noche tras noche. Encendí el candil, besé el crucifijo que, como un yugo, atrapaba el laberinto que me retenía, y me incliné ante mi pequeño altar.

Supliqué y pedí perdón por mis pecados, por ser débil y sentirme culpable. Caí en la tentación una sola vez, una sola vez, pero ya no me sentía capaz de mirar a la cara a mis feligreses. Por un instante dejé que la culpa desgarrara mi alma.

Odiaba mi debilidad y la fecha en que la fe me abandonó; sin embargo, para mi sorpresa, una leve tonadilla inundó mis sentidos:

«Noche de paz, noche de amor…»

Algo despertó con fuerza en mi interior. La homilía atravesó mi mente como un puñal. Corrí —sí, corrí— hasta la puerta de la parroquia y, para mi asombro, allí estaban los feligreses entonando su cántico navideño. Lloré emocionado. Había estado a punto de arruinar la Navidad del pueblo y, desde entonces, la Navidad y la misa del gallo son bendecidas con orgullo por este humilde siervo.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado el sentido que le has dado a la Navidad con esa debilidad humana del párroco del pueblo.
    No debe ser fácil sucumbir a las tentaciones de la carne para un sacerdote , pero hay esta su voluntad y su fe.
    Gracias, Nuria, por dejarnos este relato que de alguna forma es un imprevisto sobre la fe .
    Un besote enorme deseándote una muy feliz Navidad, acompañada de tus seres queridos y los que ya se fueron de algún modo están presentes en las conversaciones , lo cual nunca se van del todo. Más besotes.

    ResponderEliminar
  2. Nuria, foste maravilhosa!
    Criaste um personagem que sofria pois havia caído uma vez só na tentação e sentia-se muito sufocado e mal.
    Que bom que os paroquianos, com suas canções de Natal o salvaram e salvaram assim o Natal de todos naquela aldeia! ADOREI!

    beijos, FELIZ NATAL! chica

    ResponderEliminar
  3. Quin caos mental, gairebé perd la fe en allò que va prometre amor incondicional. Segurament molta gent la perd en veure que fan ells amb la seva fe...
    Bon relat, nina.
    Aferradetes!

    ResponderEliminar
  4. Hola Nuria,
    En el pecado va la penitencia y el perdón de Dios debe ser sentido, en este caso los feligreses dieron constancia de ello. Un precioso relato desde las inquietudes de un sacerdote.
    Un saludo y Feliz Navidad

    ResponderEliminar

La tentación

 Convocatoria del jueves            La Navidad que casi no sucede   Más información en el blog de la anfitriona 👉  Campirela Parecía un lu...