Corazón de Piedra (Mes de los Enamorados 4) más información aquí Roselia
En su latir no hay sangre, solo escarcha,
ni siente el sol ni el llanto de la luna;
es dura piel que nunca se rezuma,
firmeza helada que jamás se marcha.
Mirarlo es ver la sombra que se agacha
detrás de cada amor que se desgruma;
su pulso calla, su pasión rezuma
silencio cruel, y el alma se desparcha.
No pide más que ser lo que ya es: roca,
inmune al goce, al duelo, a la ternura,
su voz es fría, como el mar sin boca.
Mas hay quien sueña, aún en su amargura,
que alguna grieta tiemble y se disloque,
y brote vida de su arquitectura.
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