El artefacto mágico

 

Elena, una niña llena de fantasía e imaginación, vivía en Thelora, y tenía una curiosidad innata por descubrir el mundo que la rodeaba. Le encantaba leer libros de fantasía y soñaba con vivir emocionantes aventuras. Un día, mientras exploraba el ático de su casa, encontró un antiguo libro polvoriento con una cubierta de cuero negro. Curiosa, comenzó a leerlo y descubrió que se trataba de un libro de magia ancestral. Sin embargo, lo que no sabía era que ella misma descendía de magos y que aquel libro le había sido entregado por su difunto abuelo, quien había sido un poderoso mago.

Llena de emoción, lo guardó en su habitación para poder explorar sus páginas. Una noche, mientras dormía, soñó que tenía poderes mágicos y esto la perturbó sintiéndose cómo un pollito a punto de salir de su cascarón. Sin embargo, también aprendió que la magia no era algo que debiera tomarse a la ligera, ya que podía ser peligrosa si no se usaba adecuadamente. Se dijo así misma que necesitaba aprender en una escuela de magos y en poco tiempo encontró el camino del prestigioso Colegio de Magia Ethernia. 

 

Le costó mucho obtener una plaza, pero finalmente tras superar varias pruebas, fue aceptada en la escuela y comenzó su emocionante viaje hacia el mundo de la magia. Allí conoció a otros jóvenes magos y brujas que también descubrían sus habilidades. Aprendieron a lanzar hechizos, a controlar los elementos y a utilizar sus dones para el bien de los demás. 

Una mañana en la que la joven maga estaba en la biblioteca del Colegio investigando sobre hechizos y rituales de magia, con el refajo lleno de libros y pergaminos, aislándose del entorno y sumergiéndose cada vez más en la lectura, escuchó una voz suave, pero decidida a su lado. 

—Permíteme ayudarte, jovencita —dijo la anciana mientras extendía su mano arrugada.

Algo había en su rostro que le parecía familiar. Aceptó su ayuda y se acomodaron en una mesa cercana. La anciana comenzó a contarle historias sobre grandes hechiceros y hechiceras que habían dominado la magia a lo largo de los siglos. Mientras escuchaba atentamente, ella sentía cómo las palabras enriquecían su espíritu y alimentaban su pasión por la magia.

—La magia es un don, que debemos aprender a controlar y utilizar para el bien —la anciana, la miró fijamente a los ojos—. Pero recuerda siempre qué el verdadero poder no radica en los hechizos o los conjuros, sino en el corazón y la voluntad de aquellos que la poseen.

Elena asintió, absorbiendo cada palabra con reverencia. La anciana continuó compartiendo su sabiduría y, antes de despedirse, le dio un consejo final.

—Nunca olvides la importancia de la humildad y el respeto por la magia. Tu poder está en tu interior. Mantén siempre tus pies en la tierra y tu mente abierta, porque la magia es un vasto universo lleno de sorpresas y misterios.

«Tu poder está en tu interior», de qué le sonaba esa frase.

Regresó a su cuarto, el diálogo con la anciana lo guardó en su corazón y en su diario mágico. 

Días después descubrió qué tenía un talento innato para la magia de la naturaleza y se convirtió en una experta en manipular plantas parlanchinas y animales. Un día, durante una prueba de magia, ocurrió algo inesperado. Un antiguo artefacto malévolo lleno de magia fue activado accidentalmente, lo que provocó caos y destrucción en el aula de la escuela. Elena fue rápida; utilizó sus poderes para detener la amenaza, mientras el resto de alumnos corría gritando de un lado a otro.

El director reconoció la destreza y rapidez de acción del abuelo de Elena al decir las palabras mágicas que los salvaron del artefacto malévolo; la nombró nueva líder del colegio y le comunicó que era descendiente directo del gran mago Asalom: su abuelo. Ella se quedó estupefacta. 

 ¡Su abuelo un mago supremo! 

Ahora, entendía el porqué de su inquietud interior.  

¡Tenía poderes mágicos! 

No pasó mucho tiempo cuando ya era una poderosa maga y hechicera, que nunca olvidaría sus raíces. Ethernia, y la historia de la pequeña Elena, que apenas tenía once años cuando se encaminó hacia la escuela, perduró en el tiempo siendo un legado que inspiraría a otros futuros magos y brujas que llegaban a la escuela de Magia con ilusión.

«A veces nuestro tesón y confianza te abre las puertas del camino: no es poder sino querer». 

https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa

Este cuento participa en el "Concurso de relatos Ed. Harry Potter y la piedra filosofal de J. K. Rowling", organizado desde el blog El Tintero de Oro 

P. D. No tengo muy claro si cumple los requisitos del concurso