Nos miramos como si el tiempo se detuviera. Todo lo que he sentido antes, las sensaciones extrañas de vivir momentos repetidos, cobran sentido en este instante. Eres tú... No necesito preguntar nada, lo sé todo sin palabras. No es la primera vez que vivimos este encuentro, lo he intuido desde hace años. Es como si cada paso que di me hubiera llevado inevitablemente a ti.
Nos quedamos ahí, en silencio, inmersos en una realidad que se desdobla y se repite, una que los dos conocemos sin necesidad de recordarla. Hay algo más allá de las palabras, un hilo invisible que nos une desde hace tiempo. Ambos hemos estado viviendo esta película una y otra vez, sin finales, solo con la certeza de que siempre nos encontramos.
Y mientras la ciudad sigue con su ritmo indiferente, nosotros permanecemos inmóviles, conscientes de que este instante lo es todo y a la vez nada, porque volverá a repetirse, como ya ha pasado antes y como volverá a suceder, siempre serás tú.
Hola, Nuria.
ResponderEliminarQuizás sean almas gemelas o a ellos les corresponda la leyenda del hilo rojo que conecta con aquel amor que a uno le corresponde. Es muy tierno tu relato. Deja un mensaje de anhelo y conexión.
Un beso.