Conversación al hilo del café

 Está semana en el reto, las palabras de los viernes, la palabra que

 Mercedes nos propone es: café.

Los requisitos son:

1.- no puede tener más de 250 palabras.

2.- nada de gore ni cuestiones sexuales, para que puedan leer esto personas de cualquier edad.

En una pequeña cafetería de la calle Fuencarral, la luz del atardecer se colaba por los ventanales bañando las mesas. Una joven, sumida en sus pensamientos, removía distraída su café mientras miraba hacia la calle. El camarero, un hombre de mediana edad con el cabello desordenado, la observa durante un rato y termina por acercase a la mesa. 

—¿Sabes lo que dice tu café? —pregunta.

Ella lo mira, confundida. 

—¿Mi café… dice algo?

—Claro. Los granos de café viajan desde lejos. Tienen historias, y algunos incluso guardan secretos. El tuyo, por ejemplo, me dice que llevas semanas esperando una señal.

La joven frunce el ceño, sorprendida por sus palabras. No es supersticiosa, pero algo en la mirada del camarero la hace sentir extraña.

—¿Y qué más le ha dicho mi café?

El camarero sonríe, levantándose con calma.

—Que la señal que esperas ya llegó, solo que no la has reconocido aún. A veces, las respuestas no vienen en forma de un gran cambio, sino de una simple conversación.

La joven se queda en silencio mientras el camarero se aleja. De pronto, el café ya no le sabe igual. Algo ha cambiado en ella.