Myriam desde su blog De amores y relaciones nos hace la siguiente propuesta juevera:
La propuesta para la Convatoria de este jueves versa sobre puentes. "De puentes" ya sean físicos o simbólicos. Es decir, que un puente debe ser el centro del relato, ensayo o poema ya sea como actor principal o porque la acción sucede, sucedió o sucederá en él o cerca de él.
Y aquí mi participación 👇
Era un día gris y lluvioso, el tipo de día, que debilita el ánimo y hace despertar los pensamientos más sombríos. En medio de aquel paraje húmedo y olvidado, se erigía un puente antiguo, recordado como el Puente de los suspiros. Con el paso del tiempo y el abandono, su estructura reflejaba una profunda melancolía. Allí, bajo la lluvia, se encontraba Luis, un hombre de mediana edad con una mirada vacía y el corazón roto. Aquel puente siempre había sido su refugio, el lugar donde encontraba paz en medio del caos que era su vida. Pero esta vez, las heridas en su alma eran demasiado profundas.
Recordaba con melancolía el tiempo en el que solía visitar el puente con su amada Ana. Juntos paseaban de la mano, compartían risas y sueños de un futuro juntos. Pero una tragedia inesperada les arrebató su felicidad, dejándolo solo, con un profundo vacío en el corazón. Mientras las gotas de lluvia se deslizaban por su rostro, una lágrima se unió a esa cascada de tristeza. Apoyado en uno de los muros del puente, miraba el río debajo de él. Los recuerdos de su amor perdido lo envolvían, como un doloroso abrazo.
En ese preciso instante, una joven de cabellos oscuros y ojos brillantes se acercó tímidamente a su lado. Era Laura, una huérfana que había aprendido a sobrevivir en medio de la adversidad y que había hallado consuelo en sus paseos nocturnos por el viejo puente. Al mirarla a los ojos, Luis sintió una extraña conexión con ella. Laura le ofreció una pequeña sonrisa llena de comprensión, como si conociera su dolor. Sin decir una palabra, se apoyó sobre el muro del húmedo puente, junto a él, compartiendo el peso de su tristeza. Juntos, en silencio, contemplaron el río fluir y el horizonte oscurecerse aún más.
Desde esa noche aquel encuentro casual, se convirtió con el tiempo en el recurso qué en medio del decrépito puente unía sus corazones y calmaba su soledad. Luis y Laura encontraron consuelo mutuo y una amistad inesperada. El viejo puente de los suspiros, fue el escenario y la luna el público donde hallaron la fuerza necesaria para seguir adelante.
Preciosa historia, Nuria. Hay personas que, sin esperarlo, nos cambian la vida y miradas que nos hacen sentir acompañados y comprendidos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Iker, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarHola Nuria, ¡qué pronto sacas este reto!
ResponderEliminarLa historia es preciosa, te ha quedado un micro muy sentimental.
Un abrazo. :)
Gracias Merche, me lo puso fácil y así tengo más tiempo para comentar. Me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarQuizá era demasiado pronto para rendirse. Pero para darse cuenta tuvo que recibir una señal ajena.:)
ResponderEliminarCierto Cabrónidas, gracias por tu visita y comentario. Saludos
EliminarMuy bella historia con el puente de testigo! Saludos!
ResponderEliminarGracias José, me alegro que te guste. Un abrazo
Eliminar¡Uf!, Nuria, me temía lo peor. Cuánta emoción y sentimiento en tus palabras. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Maria Pilar, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarEstupendo relato Nuria, felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Antonio, un abrazo
EliminarMuy emotivo relato, Nuria. Además me resulta curioso, porque hace tiempo que hago por mi trabajo (soy ingeniero), inspecciones de puentes en muchos puntos de Extremadura, y en muchas ocasiones he podido observar esa melancolía que comentas en las estructuras de los puentes, testigos silenciosos de muchas historias, como la tuya.
ResponderEliminarTe sigo leyendo. Un saludo.
Gracias Alfonso, por tus palabras y tu visita. Un abrazo
EliminarHermoso relato que habla de silencios encontrados y futuros atardeceres desde esa melancolía que unió a dos corazones solitarios, Luis y Laura... Me ha encantado la historia y todo lo que sucede en la vida de Luis, mientras recuerda a Ana, y como la sonrisa de una extraña y solitaria Laura, vuelve a iluminar la esperanza de la amistad. Una historia emotiva y bella sobre el inicio de una amistad en un puente de largas huellas... Un placer leerte.
ResponderEliminarFeliz semana para ti.
Abrazo. 🌞
Gracias Clarisa. Me alegro que te guste. Un abrazo.
EliminarEste jueves nos vamos a encontrar con mil historias de amor , de tristeza y cada una nos dejará como esta tuya su sello personal.
ResponderEliminarCreo que ello con su hormigón, hierro o bien madera son testigos presenciales de mil aventuras, si pudieran hablar cuantas cosas nos contarían.
Un placer leerte. Un beso.
Cuánta razón tienes Campirela, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarLos puentes a menudo son elementos meláncolicos, donde muchos se refugian, huyendo de todo o de todos. En otras representan el paso del tiempo y como con su fortaleza sobreviven a él. Un relato con mucha sensibilidad! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias Marifelita, tienes mucha razón. Un abrazo
EliminarPrecioso relato, en mi participación tambié sale un Puente de los Suspiros, no tiene nada que ver con el tuyo. ¿o sí?
ResponderEliminarPues no se Tracy, quién sabe... Gracias. Un abrazo
EliminarPor qué será que hay puentes entre otros rincones, que logran almacenar tanta melancolía? Buen texto para expresar esa capacidad de refugio cobijada entre muros y cuerdos. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mónica, un abrazo
EliminarIndudablemente el Puente de los Suspiros de Venecia, es un excelente lugar para refugiarse del dolor y encontrar ¿por qué no? un nuevo amor. Eso les deseo a Luis y Laura. Mil gracias por haberte sumado a mi convocatoria, NURIA. Beso grande.
ResponderEliminarHa sido un verdadero placer Myriam, si arme a tan bella convocatoria. Gracias. Un abrazo
EliminarHay personas que llegan a cambiarlo todo, me alegro por ambos.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Camila, un abrazo
EliminarEl puente en el que veía el exterior, antes de la sentencia.
ResponderEliminarsaludos.
Gracias Alfred. Saludos
EliminarHermosa y melancólica historia, que deja un final lleno de esperanza, me gusto mucho, saludos.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias Patricia, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarA veces solo con un poco de compañía y una sonrisa te puede devolver un poco de paz a tanto dolor, todo un puente.
ResponderEliminarUn abrazo,
Gracias Cecy, un abrazo
Eliminarlos puentes no separan orillas, los puentes las unen Un abrazo
ResponderEliminarGracias Rodolfo, un abrazo
EliminarComo hay huérfanas de 30 y 40, vamos a suponer que poco a poco o va a surgir " lo que surja", porque laelancolia en compañía ya no es melancolía. Y si es muy joven hay wue mirarse lo de la adopción, aunque sea extraoficial. porwue enco tras ña cesa compaginacion, no es para dejarla pasar.
ResponderEliminarLos puentes son pasos a la otra orilla. a veces algunos no wuieren cruzar, y se estancan hasta encontrar a slguien que lo acompañe
abrazoo.
Gracias Gabiliante. Un abrazo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Nuria que hermoso relato de amistad y sobre todo de dulzura. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Ainhoa, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarMuy evocador. Enhorabuena, Nuria.
ResponderEliminarGracias Guillen, un abrazo
EliminarMuy bueno. Los dos solitarios y heridos, quizás sin hablar al principio, supieran hallar en el otro ese bálsamo para las heridas del alma.
ResponderEliminarNo puedo seguirte, o no sé cómo apuntarme a seguidores. Un abrazo
Gracias Albada por tu visita y comentario. Para seguirme solo tienes que subir al encabezado del Blog, ahí están los seguidores. Un abrazo
EliminarHola, Nuria.
ResponderEliminarUn relato con evocaciones poéticas interesantes.
Un fuerte abrazo :-)
Gracias Miguel, me alegro que te haya gustado. Un abrazo
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