El profesor anuncia en clase que el próximo examen dará la nota final del curso, entre un sobresaliente, un aceptable o un suspenso. El joven Cai no puede permitirse suspender porque perdería la beca para continuar con sus estudios en la universidad.
—Tienen dos días para preparar su síntesis, sobre este tema, "la isla del tesoro", —anuncia el profesor.
Cai nada más terminar la clase se marcha directamente a la biblioteca, aunque en realidad hubiera preferido jugar el partido de fútbol con sus amigos, sin embargo, tiene claro cuáles son sus prioridades. En la biblioteca ve a otras compañeras de clase, pero las ignora y se sienta en una mesa alejada, en un rincón solitario y tranquilo. Deja sobre la mesa su cuaderno, varios lapiceros de distinto color y sobre el respaldo de la silla su mochila. Se dirige a la sección de aventuras y busca el libro. No lo encuentra y pregunta a la bibliotecaria.
—Disculpa señora, —dice casi en un murmullo para no molestar a nadie— ¿tiene algún ejemplar de la isla del tesoro?
—Joven, el último se lo acaba de llevar una jovencita.
—Y no tiene ninguno más o algún otro similar.
—No, aunque tenemos un ejemplar que alguien donó hace años y el tema es parecido, tal vez le sirva.
—Si por favor, es muy importante.
La mujer se marcha y regresa tras unos diez minutos en los que Cai se pone muy nervioso.
—Tenga, no solemos tenerlo disponible debido a su estado porque no tiene cubierta, como ve, está forrado en papel oscuro y está bastante deteriorado, incluso el título creo está algo borroso, por este motivo está descatalogado, como le veo desesperado, al fin y al cabo, también es de piratas y aventuras.
—No importa su estado, de todos modos gracias.
Caí miró el libro intrigado. Sacó la lupa de su estuche y tras observar con detenimiento se convenció que el título del libro era "La isla".
Empezó a leer y tras una hora de lectura, hizo un descanso, se dirigió a la cafetería, compró un sándwich y un café y volvió a sentarse. Los piratas surcaban los mares del sur gobernados por el temible Barba roja. Suspiró , pero siguió leyendo, cada vez estaba más asombrado pues había bastante similitud, aunque en algunos capítulos las aventuras eran distintas, le pareció estar leyendo el libro que buscaba. ¿Cómo es posible? Se preguntaba. Se detuvo unos segundos pensativo: ¿Qué podía hacer para que su síntesis destacara entre todas las demás? Necesitaba un sobresaliente. Sin embargo, ya se sabía todo sobre la isla del tesoro. Suspiró. Se detuvo unos instantes y cerró el libro dejando caer su rostro sobre él en el momento justo en el que la portada se abrió. Estuvo así unos minutos. Cavilando. Buscando alguna idea que le diera luz. Al levantar de nuevo el rostro, sin pretenderlo, sus ojos se posaron en la parte interior de la cubierta. El papel tenía una grieta en una esquina en la cual se veían unas palabras. Esto le llamó la atención. Con mucho cuidado fue levantado el papel hasta que logró distinguir bien la palabra: borrador. Se quedó perplejo. Siguió tirando del papel y de pronto el corazón le dio un vuelco. Puso leer claramente las palabras: borrador de la isla del tesoro, Robert Louis.¡Dios mío! Exclamó. ¡Ya tengo el argumento para mi síntesis! Se quedó paralizado, su mente daba vueltas mientras asimilaba lo que acababa de descubrir. Estaba seguro de que ese libro era un borrador original de "La isla del tesoro". Tenía entre sus manos un auténtico tesoro, sin embargo, le faltaban los piratas.
Este relato participa en el reto La isla del tesoro del Tintero de oro modalidad:
RELATOS FUERA DE CONCURSO
Gracias Nuria antes que otra cosa por la explicación que me das de estás cosas que nos ocurren aquí en internet. Muy buena tu participación en este reto, admiro de verdad a quienes lo hacen. Lindo lo de encontrar un tesoro así. Te dejo un abrazo 🤗! Feliz semana 😊
ResponderEliminarGracias Maty, feliz semana, poco a poco aprendemos a manejarnos por estos lugares. Un abrazo
EliminarMenudo tesoro, el que encuentra tu protagonista, Nuria, mucho mejor que un cofre lleno de monedas. Precioso el homenaje a Stevenson. Me ha encantado tu historia.
ResponderEliminarGracias Marta, me alegra que te guste. Besitos
EliminarHola Nuria
ResponderEliminarYo creo que un borrador como el que encontró Cai, debe tener un valor mayor que el tesoro de Barba Roja. Así que la buena fortuna le acompañó porque con un tesoro así, seguro que no sólo no suspende el examen, sino que sacará una mención especial y su beca estará a salvo. ¡Bien por Cai y sus prioridades! ¡Y bien por ti y tu ameno relato! Un abrazo.
Marlen
Gracias Marlen, estoy segura que Caí sabrá cómo actuar correctamente. Un abrazo
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