SIGUE LA FRASE...
Cuando te vi entrar en el baile, persiguiendo a aquel pequeño y asustadizo gatito, supe que el destino tenía un sentido del humor extraño. En medio de los trajes elegantes y los movimientos ensayados, tú eras una ráfaga de caos, desbordando una energía que rompía con la perfección artificial de la sala. Mientras los demás te miraban con sorpresa, yo no podía apartar los ojos de tu risa contagiosa, la manera en que ignorabas las miradas inquisitivas y seguías detrás del felino como si fuera lo único importante. Esa libertad, esa despreocupación, era lo que me faltaba. En ese momento, entendí que eras el desorden que mi vida cuidadosamente organizada necesitaba. Y sin pensarlo, empecé a seguirte también.
¡Qué bonito relato, Nuria!.
ResponderEliminarTodo se resume en que "entendí que eras el desorden que mi vida cuidadosamente organizada necesitaba".
Un abrazo y buen fin de semana.
Gracias Carmen, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarGenial, Nuria. Qué bonito, poético y sentimental.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Mercedes, un abrazo
EliminarEs un relato precioso que evoca toda una vida en tan pocas palabras. Porque un momento, ¡Cuántas veces define todo! Y ese desorden tan necesario, es la respuesta. Me ha encantado, te dejo muchos abrazos Nuria.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Maty, me alegra que te haya gustado. Besitos
EliminarMuy bueno, pocas palabras, tan solo las necesarias, ni una más ni una menos y evoca un romper con el estereotipo tantos años conservado y ganar esa libertad de ser. Abrazo grande Themis
ResponderEliminarGracias Themis, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarAmor a primera vista. Muy buen relato con tan pocas palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Federico, un abrazo grande
EliminarLos opuestos se atraen y, en cierto modo, se necesitan, Nuria.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Así es Miguelángel, un abrazo
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