En vísperas de la que solía ser la Nochebuena, Emily cautivada por las historias de los más ancianos sobre la Navidad, se aventura a salir el exterior de la comunidad. Su corazón se acelera mientras camina por lo que una vez fue una carretera y ahora está desierta. La niebla envuelve el exterior como si de una maldición se tratará. De repente, escucha un ruido que la alarma y corre a esconderse trás un montón de escombros. Desde su escondite ve una figura encapuchada que avanza a paso lento, llevando un saco a cuestas. Parece la leyenda viva de Santa Claus, pero su horrible rostro muestra que ha sufrido una transformación.
El ser deforme se dirige hacia un edificio medio destruido. Ella lo sigue. Al entrar en el interior ve con asombro juguetes rotos que adornan el lugar lleno de huesos y sangre seca en un lienzo macabro. Un frío recorre su espalda mientras escucha risas siniestras que resuenan en la oscuridad. El horrendo ser, llamado el «Santa de la Oscuridad», se da cuenta de su presencia. Sus ojos irradian un vacío siniestro, como si un pozo oscuro mirase desde su interior, a la vez que abre su boca revelando sus dientes largos y afilados. Ella grita aterrada.
Él la retiene firmemente. Sus ojos giran hacia diferentes lugares como una macabra deformidad. En un instante, el terror invade su cuerpo y siente que se derrumba. Pero en un alarde de desesperación alcanza a gritar, suplicar: «no por favor, dicen que es la víspera de navidad, no me mate, recuerde cómo era el mundo antes». Al oír sus palabras Santa cede un poco la presión, parece que reacciona.
Sin embargo, sabe que tiene el poder absoluto. Su mirada parece sedienta de sangre. Con voz tenebrosa, le grita: «El mundo ha cambiado, no hay lugar para la bondad y la esperanza; solo para la muerte y destrucción. La Navidad no existe en la nueva era». Cuando cree la vida parece que va abandonar su cuerpo, el oscuro santa se detiene. Un extraño destello cruza sus ojos antes vacíos. Por un instante, recuerda cómo era el mundo antes, cuando la Navidad llenaba los corazones. Está segura que a percibido un atisbo de humanidad. Pero la maldad que lo consume no puede ser contenida por mucho tiempo. Con un giro retorcido de su rostro, aprieta sus dedos deformes y la vida de ella se desvanece lentamente. La oscuridad continúa su reinado de terror dejando un rastro de desolación a su paso. Pero, solo es el preludio de lo que está por venir, la criaturas se preparan para atacar las comunidades humanas.
Hola Nuria, madre mía, espero que no sean de verdad un presagio de cambio, eso de que no hay lugar para la esperanza da un poco de miedo...
ResponderEliminar¡Feliz Navidad!
Un abrazo. :)
Hola Merche, esperemos, porque a este paso no sé si habrá mundo apocalíptico o no apocalíptico, o simplemente el mundo se irá al garete. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarVaya relato, Nuria.
ResponderEliminarPor un momento pensé que iba a crecer un resquicio de esperanza en un pasaje tan tenebroso.
Antes de que lleguen tiempos tan oscuros, te deseo una radiante y luminosa feliz Navidad.
Un fuerte abrazo :-)
Jajajaja, gracias Miguel Ángel, un abrazo y feliz Navidad
EliminarUna historia terrorífica, que su similitud con el mundo que vivimos es pura casualidad y que cada día se expande más, buen relato, abrazo grande
ResponderEliminarGracias, un abrazo y feliz Navidad
EliminarEscalofriante relato. Te deseo unas navidades luminosas, Nuria. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarGracias Antonio, también para ti. Un fuerte abrazo.
EliminarNo tengo dudas de que poco a poco nuestro mundo se parecerá más y más a lo que nos relatas aquí.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Lamentablemente demasiados pensamos así, pero creo que aún hay esperanza. Un abrazo y feliz Navidad José.
EliminarFeliz Navidad Nuria... ¡ahí, sin piedad! Los finales felices para Disney.
ResponderEliminarJajajaja, que bueno Pascual. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarEs una historia escalofriante en la que transmites perfectamente la degeneración de una tradición que debía alegrar cada vez los corazones de todos, pero en los tiempos en que vivimos...
ResponderEliminarEnhorabuena por el relato, Nuria, y espero que para las fechas navideñas del próximo año pueda haber cambiado hacia algo de esperanza en la humanidad.
Un abrazo.
Gracias Marcos, un abrazo
EliminarHan atacado antes de lo que se esperaba; algunas han llamado a mi puerta. Quizá deba unirme a ellas. Quizá han venido a salvarnos de nosotros mismos.
ResponderEliminarQuizás...quizás...quizás... Gracias Cambrónidas por tus huellas, un abrazo
EliminarQué historia tan aterradora, aún más viendo los cambios que se están produciendo en el mundo, ya casi nada me parece imposible que suceda.
ResponderEliminarMuy bueno el giro que has dado en la Navidad, esos recuerdos que aún prevalecen, pero el Santa oscuro está decidido a terminar hasta con ese pasado.
Un abrazo, y feliz año que ya comienza.
Muchas gracias Mila, esperemos que todo tome otro rumbo. Un abrazo y feliz año nuevo.
EliminarVaya un relato Nuria! Como complemento del cuento de Dickens. Aterrador, para pensar que AÚN ESTAMOS A TIEMPO!
ResponderEliminarUn abrazo, Feliz Navidad! Aún ahora....🎄
Jajajaja, la verdad es si Maty, un abrazo y feliz año nuevo
EliminarUn argumento perfecto para una película de terror. Un abrazo y buena entrada de año.
ResponderEliminarGracias Federico, un abrazo y feliz año nuevo
EliminarUn argumento digno de una película de terror 😱
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