Convocatoria Juevera. «Los 7 Pecados Capitales».
El tema propuesto para esta semana será crear un relato sobre uno o varios de los 7 Pecados Capitales, alrededor de unas 350 palabras. Aquí podéis leer toda la información 👇👇
Pecado capital: La Soberbia y la ira.
Julián era un hombre maduro, de aspecto poco agraciado, cuyo carácter altivo y egocéntrico, destacaba entre todos sus amigos. Con su mirada socarrona, se consideraba tan inteligente que su soberbia era su mayor defecto. En cuanto se presentaba la ocasión, no perdía la oportunidad en demostrar su superioridad. Ofrecía conferencias y charlas en la universidad sobre ciencia y astronomía en las que se sentía superior a todos los asistentes, llenando de orgullo su ego interior.
Un día, durante una de las charlas en el auditorio de la universidad, el antiguo decano, quien había oído hablar de él, decidió poner a prueba su soberbia. Se acercó a Julián y con una voz suave y serena, le preguntó.
—Tienes talento, pero tu soberbia te ciega y no te permite aprender y crecer como persona. ¿Acaso piensas que el cosmos es infinito?
Él, asombrado por el menosprecio y el descaro del anciano, se llenó de ira, y respondió:
—¿Cómo se atreve a cuestionarme? El cosmos es infinito. ¿Está subestimando mi inteligencia?
El anciano sonrió, y mantuvo la calma, pero estaba dispuesto a darle una lección que no olvidaría.
—¿Por qué aseguras que el cosmos es infinito? Es una hipótesis difícil de verificar.
—¿Quién se cree qué es? Tengo mis títulos y soy más inteligente qué nadie de esta ciudad y seguramente de otras muchas.
—¿Estás convencido de qué el cosmos es infinito?
—Totalmente, —aseguró cada vez más molesto por la osadía del anciano.
—¿Por qué?
—¿Cómo dice?
—¿Por qué es infinito?
Los estudiantes atónitos estaban pendientes de las preguntas que sufría el soberbio conferenciante.
—Bu, bueno, es lógico. Es tan infinito que nunca se ha podido ver más allá, puesto que es imposible llegar a ver el final del cosmos. —respondió extrañado ante su insistencia.
—El Universo, como lo entendemos, puede parecer infinito, pero es el tiempo en la distancia que recorre la luz desde el «Big Bang» hasta este instante, donde el espacio-tiempo, el tiempo-espacio, el futuro-tiempo, el presente-tiempo, lo único infinito: el tiempo.
Julián se quedó sin palabras. Los murmullos de los jóvenes chocaban contra las paredes del auditorio arañando su interior. Él miraba sus rostros de asombro y decepción como si una daga se clavara en su alma.
Entre tanto, el anciano escudriñaba la mirada de Julián, que pensó que aquel hombre solo había ido para mofarse de él y ridiculizarlo. Agachó la cabeza, pensativo. Pero se sorprendió al deducir que quizás el anciano le había dado una lección de humildad y sabiduría. Y ante el asombro de todos, dijo:
—He sido cegado por la soberbia, y he subestimado a los demás a causa de mi egocentrismo. Siento vergüenza.
Un incómodo silencio se hizo en el auditorio con todas las miradas puestas en él, cuya tez se ruborizaba. El anciano lo miró compasivo, y añadió:
—La soberbia es una prisión en la que tú mismo te encierras. Aprende a valorar a los demás y a reconocer tus propias limitaciones. Solo así podrás crecer como persona. El respeto hacia los demás es la verdadera inteligencia.
Julián sintió que algo se había roto en su interior, sin embargo, al mismo tiempo una extraña sensación despertaba en su corazón. En ese momento el anciano le confesó quién era en realidad, y como si una daga le hubiera atravesado, cambió radicalmente su forma de dirigirse a los demás: compartió sus conocimientos y entendió la importancia de la empatía. Su soberbia se perdió en la humildad y el respeto y entendió que el ego venía de la mano de la soledad, algo que siempre le había aterrado.
¿Y tú, conoces la soberbia, la pereza, la lujuria, la ira, la gula, la avaricia y la envidia?
Genial relato Nuria! Y toda una a lección de humildad para el protagonista! A veces necesitamos que los demás nos den un toque cuando alguno de estos pecadillos nuestros nos quiere engullir y apoderarse de nosotros! Un abrazote y muchas gracias por unirte a nuestra propuesta! Te deseamos unas muy Felices Fiestas!
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro que haya gustado. Un abrazo y felices fiestas
EliminarYo a veces pienso que los adolescentes las juntas todas en una, ajajajajaja.
ResponderEliminarJajajaja, puede ser Verónica. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarHola Nuria, te ha quedado muy bien y con moraleja final. Este párrafo es la bomba:
ResponderEliminarLa soberbia es una prisión en la que tú mismo te encierras. Aprende a valorar a los demás y a reconocer tus propias limitaciones. Solo así podrás crecer como persona. El respeto hacia los demás es la verdadera inteligencia.
Así es, junto con la envidia la soberbia es de lo peor. Te felicito por tu relato.
Un abrazo. :)
Gracias Merche, la verdad es que nunca he soportado a una persona soberbia, un abrazo y feliz Navidad
EliminarRealmente muy buena historia, con una moraleja y enseñanza, me ha gustado mucho, un abrazo y felicidades.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Gracias Patricia, un abrazo y feliz Navidad
EliminarJulián estaba un tanto desinformado, desactualizado con esa idea del universo. Siendo más como lo planteó el antiguo decano.
ResponderEliminarBien contado. Un abrazo.
Cierto Demiurgo, en su soberbia no veía más allá... Gracias y un abrazo
EliminarQue el ego viene de la mano de la soledad es incuestionable. La gente parece que se integra cada vez más en grupos y pretenden ser gregarios pero la realidad es que muchos se van apartando de esa idea cada vez más con sus comportamientos egocéntricos, materialismo, buscar el bien para uno mismo, insolidaridad... Una actitud inteligente, como dices, es verte reflejado en los demás y desearles lo mismo que buscas tú para conseguir estar en paz con tu propio espíritu.
ResponderEliminarGenial aportación al reto, Nuria. Felicidades.
Gracias Marcos, me alegra que te haya gustado. No hay nada como ver tu reflejo en los demás para la paz del alma. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarUn buenismo relato Nuria. Una lección que a veces es necesaria que nos den o dar. Te felicito, mi aplauso.
ResponderEliminarUn besote grande.
Gracias Campirela, me alegra que te haya gustado. Un abrazo y feliz Navidad
Eliminar¡Hola, Nuria! Sabiduría y soberbia es un binomio incompatible, o eres sabio o eres soberbio, nunca las dos cosas. Me trajiste al recuerdo una frase de Einstein que decía algo así como solo sabías que habías comprendido algo cuando eras capaz de explicárselo a tu abuela.
ResponderEliminarEstupendo relato y moraleja. Aprovecho para desearte una muy Feliz Navidad. Un abrazo!
Gracias David, me alegro que te haya gustado. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarBuena aportación y con moraleja incluida. A veces está bien que nos den un toquen y nos bajen los humos.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz navidad!
lady_p
Cierto Lady, una lección que no le vino mal al protagonista. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarUn relato muy educativo, es difícil no traspasar la barrera entre un sano orgullo por los propios logros y pasar a ser un ególatra.
ResponderEliminarHola Arturo, yo creo que estar orgulloso de los logros obtenidos es bueno incluso para el propio espíritu, pero no por ello hay que ser soberbio, pienso que pueden ir por caminos diferentes. Yo por ejemplo me enorgullezco de mis logros y premios obtenidos en este camino tan convulso que es la escritura, sin embargo, no soy soberbia porque no suelo presumir de ello, si no que lo llevo con humildad porque siempre he sentido que todos somos iguales en este mundo, literario o no. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarUna buena lección a la que muchas personas deberían aplicarse. Un saludo, Nuria.
ResponderEliminarCierto Antonio, gracias, feliz Navidad.
EliminarNo hay mal que por bien no venga. Tu protagonista aprendió la lección y eso siempre es bueno.
ResponderEliminarBuen relato, Nuria. Destaco la figura de los murmullos de los jóvenes arañando las paredes del auditorio. Me ha gustado especialmente.
Un abrazo y felices fiestas :-)
Gracias, me alegra saberlo,pues cuando lo escribía logré ver esas voces arañando las paredes. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarNuria un filosofico relato bien planteado con su correspondiente moraleja Un abrazo y Feliz Navidad
ResponderEliminarGracias Rodolfo, un abrazo, y feliz Navidad
EliminarComo van cambiando algunas cosas que uno cree que son asi y asi serán, los estudiosos nunca dejan de informarse en cualquier disciplina, y gracias a ellos podemos irlas descubriendo. Eso hace un buen maestro como el decano y mejor persona quien deja que esa enseñanza lo abrace.
ResponderEliminarMe encantó como lo planteaste, además buscando la salida positiva.
Te dejo un abrazo, y te deseo una lindisima noche buena y feliz navidad :)
Gracias Cecy, me alegra que te haya gustado ese final que nos demuestra que todos podemos cambiar. Un abrazo y feliz Navidad
EliminarComo decían en las películas del oeste, por muy rápido que seas, siempre habrá otra más rápido que tú. Puede ser que en slgun momento seas lo mejor en algo pero nunca lo sabrás, y además durará poco. Es una vanagloria. Nos han hecho creer que ser más de lo que sea es un objetivo, pero es un objetivo vacío.
ResponderEliminarcoincido con Cecy en que siempre logras sacar lo positivo, incluso de las situaciones más desesperadas.
Abrazo fuerte y aprovecho psra desearte u as felices Navidades
Muchas gracias Gabilante, me alegra mucho que os haya gustado, pues tengo el convencimiento de que hasta cuando todo parece ir mal, puede haber algo que le dé el giro necesario y todo cambie. Un abrazo y felices fiestas.
EliminarLa principal característica de la ciencia es que nunca se puede dar nada por sentado, cualquier teoría puede ser rebatida por otra que aporte más información. A diferencia de las religiones que pretenden ser verdad con la única prueba de la fe.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo Cristina. Gracias. Un abrazo y feliz Navidad
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