... Sin dejar rastro. Como una tormenta fugaz que lo consume todo intoxicando mi mente. A veces, me aferro a ese humo, a esa ilusión. Pero queda un vacío inmenso. El amor no es duradero, pero sigo buscando. Quizás, porque, el humo del amor es adictivo y me hace sentir vivo.
Y así fue, bajo la luz de la luna, nos dimos un beso que selló nuestro destino. Desde aquel banco, nuestras vidas se entrelazaron en un amor eterno. Atravesando tormentas efímeras y recordando momentos. Hoy, en este mismo banco, te miro y sé que nuestro sueño se ha hecho realidad con un amor que dura en la eternidad.
Otra vez ha ocurrido que tú comentario en mi blog no ha quedado registrado. En cambio me ha llegado un mail que refrenda que lo has hecho. Espero que al revés si funcione. Desde aquí te doy las gracias por ello. Y de paso leo tu historia sobre la búsqueda del amor verdadero. Un abrazo Nuria.
ResponderEliminarGracias Federico por tu visita, espero que algún día sepamos el motivo de porque no salen los comentarios. Es raro. Un abrazo
EliminarPor ese amor verdadero en que los dos vamos-van evolucionando y cambiando y ese rescoldo del principio sigue existiendo y adaptándose. Saludos.
ResponderEliminarAsí es Joselu, no queda otra que adaptarse. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAy, que triste. Me quedo sin palabras. Un fuerte abrazo
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