Despiadada y espía mala combinación

 Este mes desde su Blog El Tintero de Oro  David Rubio nos hace una interesante propuesta para este mes:

La modalidad concurso: el plazo para participar es del 1 al 15 de junio. Una vez finalizado deberéis enviar vuestras votaciones a eltinterodeoro@hotmail.com.

La modalidad fuera de concurso: el plazo es del 16 al 25 de junio para aquellos que sólo quieran compartir su relato de espías.

Quien así lo desee podrá participar también con reseñas de la novela, del autor o de la adaptación cinematográfica. Podréis hacerlo a lo largo de todo el mes de junio.

Y aquí mi modesta participación fuera de concurso:

—Tienes que terminar este caso antes de que logren su objetivo Cris. Esta vez el director ha sido muy claro. Actúa con rapidez sin dejar rastro. Esta misma noche sales para Madrid. En este sobre está cuanto necesitas saber. 

Cris cogió el sobre que su jefe le entregaba y salió del despacho sin decir palabra. No era necesario tras doce años trabajando como agente infiltrado para el servicio de inteligencia británico. Dos semanas después se había infiltrado en el grupo terrorista, "Samom". 

Llegó temprano a la reunión. Llevó bollos y leche. El grupo no tardo e aparecer. 

—Hola Cris —saludaron, Germán y Raúl al entrar en el local.

—Hola chicos. Hoy me he adelantado y he traído la merienda. 

—Estupendo. 

Cris actuaba con naturalidad y con la frialdad digna de una auténtica mente perversa. Sabía que sus nombres eran falsos, aunque era lógico, puesto que ella misma no se llamaba realmente Cris. Tras ellos entró el resto del grupo.

—Chicos la merienda, aaa… jalar, —dijo Germán, a la vez, que hacía un leve gesto con la cabeza en señal de aprobación.

Cris se levantó, cogió varios vasos de plástico y los lleno de leche caliente. Uno a uno, todos cogieron su vaso y su correspondiente bollo, al igual que ella. 

—Germán, ¿Qué hacemos hoy?—preguntó Daniel, mientras daba un trago a su vaso de leche. 

Cris, observaba en silencio, disfrutando del momento, simulaba beber de su vaso.

—Pues hoy, creo que deberíamos ultimar los detalles de nuestro objetivo, —señaló Germán— aunque me está entrando un malestar, que no sé, si posponerlo.

—Uf, pues yo tampoco me siento muy bien, —comento Marta— mientras miraba a Jorge, que empezaba a poner una extraña cara de dolor.

Cris, observaba y escuchaba callada con una mueca de ironía y satisfacción en el rostro.

Apenas pasaron cinco minutos. Cris se levantó, recogió su vaso y lanzó una última mirada al local. Una agradable sensación de triunfo invadió su rostro. Los cuerpos sin vida caían sobre el respaldo de sus sillas. 

Necios estúpidos, —murmuró. Los muy cretinos, planeando un atentado y bebiendo leche. ¡Menudos hipócritas!. Tanta palabrería y nunca se ponían de acuerdo para llevarlo. Bla, Bla, Bla. 

Le hubiera sido fácil matarlos, pero prefirió divertirse unos días con ellos. Sacó el revolver que ocultaba dentro de su bota. Apuntó a Germán que la miraba intentando decir algo. Le disparó en plena frente con certeza. Roció el local con gasolina y le prendió fuego. No quería ningún cabo suelto. 

El crepúsculo vespertino anunciaba la caída del sol; Cris, era una excelente espía que lograba desestabilizar a cualquier cuerpo diplomático si se lo proponía y cuya mente maquiavélica gozaba con cada objetivo que debía eliminar. 

Recordó el día que decidió ser espía. 

"Con solo dieciocho años, Giovanna Petrovic tras el asesinato de su padre, un fabricante de armas, se presentó ante el jefe de la inteligencia británica: su exquisito vestido de satén y encaje blanco provocó en él una sonrisa cuando le confirmó que quería ser espía, sin embargo, su determinación y fuerte personalidad hizo que le diera una oportunidad de mostrar su valía. Su talento con la lucha cuerpo a cuerpo y la fluidez para manejar diversos idiomas hicieron que en poco tiempo estuviera trabajando para los servicios secretos del Gobierno británico".

Uff, cómo pasa el tiempo, —pensó al recordar a Germán y su grupo con una sonrisa en el rostro— casi les cojo cariño. En fin… tengo que subir a un avión, mi próximo objetivo es más duro de pelar. 

581 palabras

(imagen tomada de Internet)