Cuando el chacra
pisa la charca
la brisa
se posa en la ventana.
Hay veces que
el sol se esconde
y la luna se oculta;
son instantes
de incertidumbre,
el águila vuela inquieto
las golondrinas
se arrulla en su nido,
y el alma grita un anhelo.
! Te extraño!
Y una estrella asoma
en el cielo,
te siento,
pero, ¡Estás tan lejos!
Que tengo un vacío
en mi corazón.
Fuiste alma libre,
un bohemio soñador;
ojalá soñásemos los dos.
¡Qué difícil es la vida!
En otoño el silencio despierta el dolor dormido,
que corre por el valle de la luna escarlata.
Durante el equinoccio un rayo de luz púrpura eclipsa la luna.
Allí la rosa negra alinea las estrellas esclavas de la soledad.
La vida es como el sueño de un gato que ronronea sin más,
en la cuerda frágil que el suspiro atrapa en el remanso errático.
—Respuesta—
Otoño que preludia el invierno frío, lúgubre, sombrío.
Otoño que es epílogo de un verano, ardiente, vivaz y caliente.
Cada suspiro es un recuerdo que despierta.
Desde lo más hondo de mi más puro sentimiento.
Apagaré la luna
No puedo romper
las palabras
ni ver la vida
sin sentir las heridas.
—Apagaré la luna—
Tal vez así encuentre
un poco de cordura.
No puedo, ni quiero
partir las estrellas
porque su luz alumbra
mi penumbra.
No puedo,
no puedo ver
la desnudez
de tu cuerpo
ni sentir el vacío
de tus besos.
No puedo ocultar
el tiempo,
ni dejar de caminar
en esta tierra árida
que pesa bajo
mis pies
como el arcón
de mi pasado.
—Prenderé el sol—
No puedo mirar
porque sé
que ahí estás,
observando
mi solitario camino,
que me arrastra
hacia tu destino.
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