#AsiloOscuro
Las maderas del suelo crujieron. Se inquietó. Agudizó sus sentidos. El viento silbaba entre el resquicio de las ventanas. Otro crujido. En la penumbra de la habitación pudo sentir un leve chasquido. Tembló.
—¿Quién hay ahí? Gritó.
Silencio...
Cada vez se sentía ... más anciano.
Maldita sea, farfulló.
Justo en el momento en que se armó de valor para salir de la cama su mano izquierda lo mató mientras con la derecha le presionaba la garganta. Después, miró la cantidad de sangre sobre las sábanas.
Sonrió y desapareció.
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