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miércoles, 8 de enero de 2025

Dilema en la frutería

 


Convocatoria cada jueves, un relato:       

       Ensalada de pimientos

María anfitriona está semana nos propone Ensalada de pimientos: elegir un pimiento o más e incluirlo en el texto, la historia puede o no ser referida a la cocina pero en ella debe estar incluido el pimiento en cuestión y una leve descripción de sus características particulares. En lo posible no excederse de las 350 palabras. 

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Marta se detuvo en la entrada de la frutería. El aire fresco de la mañana acariciaba su rostro, pero en su mente había inquietud. Miró la bolsa de bollos que llevaba en el brazo. ¿Realmente necesitaba algo más? En el escaparate, los pimientos de colores parecían invitarla, sus tonos rojos y amarillos eran casi provocadores. Sabía que debía cuidar su alimentación. El médico había sido claro: si cambiaba su alimentación, podría mejorar su salud. Pero… ¿Cuándo fue la última vez que comió pimientos?

Con un suspiro, empujó la puerta. Dentro, un dependiente de rostro amable la saludó. Como si hubiera leído su pensamiento, se acercó hasta los pimientos que la habían estado tentando desde el escaparate.

—Los pimientos rojos —dijo, levantando uno—, son los más dulzones por su sabor casi afrutado. Al cocinarlos en el horno, su sabor se intensifica, y con un poco de aceite, ajo y cebolla, el resultado es espectacular y en ensalada son exquisitos.

Marta sintió cómo algo se removía dentro de ella. Tiempo... Justo lo que siempre le faltaba. Pero el médico había sido claro: debe transformar su vida, sus hábitos. 

—¿Y estos amarillos? —preguntó.

—Ah, los amarillos, no son tan dulces como los rojos, pero si más suaves que los verdes y ricos en vitamina C, antioxidantes y carotenos; ambos son deliciosos.

Mientras él hablaba, Marta empezó a imaginar el resultado. Por un momento, casi pudo saborearlo. Era joven y tenía una oportunidad de regenerar su hígado.

—¡Me gusta! —dijo animada,— quiero un kilo de pimientos, rojos, amarillos, un kilo de manzanas, y dos lechugas, estoy segura que nos vamos a ver a menudo.

El dependiente le devolvió una sonrisa. 

—Sera un placer, recomendándole más productos. Y recuerde, —añadió con un toque de humor—, siempre puede decir que estaba experimentando con el arte culinario. Después de todo, con esos colores, su cocina será como una pequeña galería.

Marta soltó una carcajada. La idea de convertir su caótica cocina en un taller artístico la conquistó. 


2 comentarios:

  1. Muy buena ensalada de pimientos Nuria, un relato muy original.
    Un abrazo!!

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  2. Pues que mejor que comenzar el año queriendo mejorar la salud y la comida es la base fundamental
    Me encantan los pimientos verdes, los otros dos para sofrito y triturados, los pimientos rojos nunca pude con ellos. Ahora sabor a las comidas excelente. Y ya puestos la boca se me hace agua si ponemos un pimiento, verde con un trocito de beicon o panceta diossss eso es en manjar jajaja. Un besote y feliz semana.

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