Tanto deseó ver el mar y sus propiedades que aquella mañana el cielo se cubrió de peces y delfines en un círculo de peregrinación. Ella, observaba la imagen pletórica de satisfacción; por fin veía el azul del mar y sus peces. Se dijo que no había nada más hermoso que el océano.
Y cómo era imposible vivir en la tierra con tanta maldad, ira, agresión y división. Se llevaron todo y vivieron en un mundo debajo, en el mar, donde los delfines le enseñaron cómo era aquello de ser un grupo que se ayuda viendo en paz y libertad.
Segundo párrafo, aportación de Karina Inés Gómez....
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