#MicroLetras
En la penumbra insólita de la urbe, cuando el óbolo del día fue canjeado por sombras profundas, un hálito incognoscible se derramó sobre las calles. Una morfina oscura envolvió la ciudad, adormeciendo sus arterias con una cadencia arcana. Las gárgolas, testigos impasibles de épocas remotas, parecían susurrar en un dialecto abisal, mientras los clavicémbalos del viento sonaban con un sonido fúnebre y distante.
Las farolas, extenuadas de luz, apenas lograban perforar el miasma tenebroso que lo cubría todo. Los transeúntes, convertidos en espectros anónimos, vagaban con andares laconiformes, atrapados en un limbo fuliginoso donde el tiempo se deshacía, grano a grano, como arena en manos trémulas. La ciudad misma era una efigie sepulcral, donde el sopor etéreo de la noche se fundía con las plegarias mudas de quienes anhelaban despertar. Pero el sueño proseguía su danza implacable, y el efímero susurro de la vigilia se desvanecía, lejano como un mito olvidado en el silencio marmóreo.
un relato apocalíptico, me ha recordado a la saga de novelas futuristas de rosa montero, 'lágrimas en la lluvia' y las otras tres.
ResponderEliminarme ha llamado la atención la frase "las gárgolas, testigos impasibles de épocas remotas". si algunos edificios o monumentos de hace siglos pudieran hablar, contarían muchas historias.
abrazos, nuria!!
Estoy de acuerdo contigo Chema, si las estatuas de los monumentos que tantos años han visto pasar, pudieran hablar sería increíble. Un abrazo
EliminarTriste relato me gusto mucho. Te mando un beso.
ResponderEliminarGracias Alexander, un abrazo
EliminarHistória muito "assustadora", onde os mais rocambolescos personagens imergem das sombras.
ResponderEliminarGostei bastante, amiga Nuria.
Beijinhos e boa semana!
Mário Margaride
Gracias amigo Mario, espero no haberte asustado demasiado 😊, un abrazo
EliminarOscuro relato, con un rico lenguaje y ese misterio que remite a Lovecraft, por ejemplo. Pareciera un presagio de algo aún peor. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn beso dulce.
Hola Dulce, me alegra que te guste, de vez en cuando me gusta escribir algo de este género que me encanta. Un abrazo
EliminarTudo ocorre numa dinâmica espectral, a que as trevas acrescentam uma envolvência de confinado limite.
ResponderEliminarAbraço amigo.
Juvenal Nunes
Así es Juvenal, cambiando un poco la dinámica. Gracias por dejar tu huella. Un abrazo
EliminarSi el asilo es así por fuera, no me quiero imaginar cómo será por dentro.
ResponderEliminarJajaja, mejor no entrar Cabrónidas
EliminarUn texto donde lo oscuro parece presagiar que algo oscuro va a ocurrir.
ResponderEliminarEl gato siempre suelen presenciar esas sombras lóbregas.
Un besote, Nuria.
Totalmente de acuerdo Campirela, un abrazo
EliminarHola, Núria.
ResponderEliminarCon esencia barroca de esa que en su sobrecargo se respira condensación.
Muy visual, en cada palabra y giro percibes la imagen.
Lo mejor, dejas una puerta abierta al lector, será él quien decida si entra o huye, ja, ja.
Un beso.
Hola Irene, muy bien visto, ahora el lector es el que decide, jeje, entrar o correr, o quién sabe igual busca ayudada. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarEl tono del texto es sombrío, misterioso y profundamente evocador, con una atmósfera que oscila entre lo onírico y lo lúgubre. Desde el inicio, la "penumbra insólita" y las "sombras profundas" establecen una sensación de opresión y desconcierto, mientras que términos como "cadencia arcana" y "miasma tenebroso" refuerzan una oscuridad casi palpable. Hay una melancolía resignada, pero también una especie de enigma que trae a la memoria algo más allá de lo visible, como si la ciudad estuviera entre la realidad y el sueño, o entre la vida y la muerte.
ResponderEliminarSensacional, Nuria.
Un abrazo
Marcos