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jueves, 23 de enero de 2025

Hacia la oscuridad

 



La noche parece extenderse sin fin, y envuelve la ciudad en un abrazo frío y distante. La oscuridad, rota por el resplandor de las farolas, se estira como una manta sobre las calles desiertas. Una figura solitaria avanza, su paso cruje sobre la húmeda acera. La mujer camina sin prisa, sumergida en su pensamiento. La lluvia cae en finos hilos, silenciosa, sobre su rostro, y la humedad de sus cabellos. Le recuerda su niñez. Cuando con sus botas de agua saltaba de charco en charco.

La niebla, difuminaba los contornos de la ciudad, como un paisaje onírico, de un mundo desdibujado que intenta alejarse con cada parpadeo. No hay coches, no hay voces, ni siquiera el murmullo distante de la vida cotidiana que durante el día invade cada rincón. Solo el silencio, roto por el suave golpeteo de la lluvia y el devenir de sus pensamientos.

Sus ojos, pálidos por la melancolía, vagan sin rumbo, buscando en la lejanía algo que nunca llega. Quizás, momentos vividos en el pasado, que se esfumaron con los años. Siente que la tristeza crece en su pecho, como la brisa húmeda que llena la ciudad. Pero no es un dolor agudo, sino una compañía que se ha vuelto dolorosamente familiar. Las calles vacías se extendían como ríos silenciosos. No hay miradas, no hay juicios. Nadie la conoce, nadie la llama. Está sola, pero no está perdida. El sonido del silbato del sereno, la obliga a retraerse de su pensamiento.

La lluvia sigue cayendo, una pareja de jóvenes cruza corriendo la calle y se alejan sin mirarla, mientras las gotas gritan con insistencia. El tiempo se disuelve, y sus pensamientos fluyen, como la lluvia, sin detenerse, hasta que ve cómo una extraña oscuridad avanza hacia ella. Retrocede unos pasos. Duda. Siente el frío que la invade. Mira a su alrededor. Está sola. La masa oscura está cada vez más cerca. Vuelve a retroceder unos pasos aterrada y entonces ve sus ojos tan gélidos como la muerte. Intenta gritar, pero su garganta no responde. Y justo cuando las garras de la oscuridad se ciernen sobre ella, comprende su error. 



Convocatoria cada jueves un relato: 23 de enero. 

       Miedo a la oscuridad

        





19 comentarios:

  1. 😯😯😯 pero que relato más emocionante 🖤 me gusto que tenga esos toques de terror gótico, muy bueno preciosa.

    Un beso desde Plegarias en la Noche

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    1. Gracias por dejar tu huella Tiffany, me alegra que te guste. Un abrazo

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  2. Ojalá mo haya sido demasiado tarde! Muy buen relato que nos mete poco a poco en clima y circunstancia. Los miedos y los fantasmas imaginarios siempre dan pie a relatos con aristas psicológicas muy interesantes. Un abrazo, Nuria. Muchas grapor conducirnos

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    1. Un relato muy interesante, que nos adentra en el miedo que siente la protagonista, muy bueno Nuria.
      Un abrazo!

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    2. La verdad Mónica, es que nuestros propios miedos nos hacen pasar circunstancias aterradoras como la de la protagonista. Un abrazo grande

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  3. A estas horas de la madrugada, las calles están desiertas. Hay farolas inertes y sin luz, otras donde la luz parpadea sin cesar y otras pobladas de mosquitos que buscan calor. No se escucha nada en la calle y todo es un silencio sepulcral...El reloj de la plaza da dos cuartos que podrían oírse fuera del pueblo pues es tal el silencio que nunca lo conocí de esa manera.
    Entro en mi casa. La televisión da fallo de emisión y no emiten nada. Pongo la radio al acostarme y ocurre lo mismo para sintonizar una emisora. No pasa ni un coche por la calle ni por el tabique de mi habitación llegan sonidos del vecino y apago la luz.
    Despierto a las ocho de la mañana. La persiana deja pasar un rayo de luz huidizo y voy al baño para ducharme. No reparo en nada especial pero ese silencio que había al acostarme sigue existiendo ahora. Pongo la radio sin encontrar una emisora, enciendo la tele y no se ve ningún canal. Por la ventana de mi salón se ve la calle desierta y todo parece extraño. Desayuno y salgo de mi casa para ir al trabajo pero, todo está desierto; muerto o desaparecido. Las tiendas están cerradas, los supermercados también, el ayuntamiento tiene las puertas cerradas y los coches no andan. Llamo con mi móvil a algún amigo pero no hace llamada y los bares también están cerrados. Un presagio oscuro recorre mi cuerpo cuando descubro que soy el único habitante de mi pueblo.
    Escucho el llanto de un niño que está escondido debajo de un coche pero no es un niño, es un gato que se ha escondido despavorido por alguna causa. Pasada media hora ya me convenzo de que soy el único habitante que ha quedado en la tierra y me pongo a llorar y a gritar porque rezo que todo eso sea una pesadilla o una broma.

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  4. Hola Nuria, esa sombra, esa oscuridad que avanza hacia ella se podría interpretar de diferentes maneras.
    Podría ser una mujer que cae en la depresión por diferentes razones, podría ser angustia por un amor perdido, podría ser alguien que cayó en las garras de las drogas y el alcohol, pero sea lo que sea esa oscuridad si la alcanza tal vez la mate.
    Excelente relato, un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Es lo que suele pasar Patricia, cuando nos acercamos demasiado al abismo de la oscuridad, después es muy difícil salir cuando sus garras te atrapan. Gracias por dejar tu huella. Un abrazo

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  5. Los propios fantasmas, a veces, parecen materializarse.
    Y la protagonista fue como un fantasma invisible para los demás.
    Un abrazo.

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    1. Exacto Demiurgo, un espectro que avanza hacia la oscuridad entre un limbo que la rodea. Un abrazo

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  6. Emocionante, bien ambientado, describes muchas sensaciones y un final espectacular...Un abrazo!

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  7. la verdad es que yo no pasearía por ese lugar descrito a esas horas,por que tengo la certeza que el final sería el que has descrito Un abrazo

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    1. Gracias Rodolfo por dejar tu huella, un abrazo y feliz fin de semana

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  8. Nuria has hecho una estupenda descripción del miedo arropado por lo fenómenos atmosféricos, de todas formas yo no sería tan valiente como tu protagonista, que se me escapa si iba buscando lo que realmente se encontró.
    ¡Qué horror!

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    1. Gracias Tracy por dejar tu huella. Supongo que la protagonista es más valiente que nosotras. Un abrazo

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  9. A veces una no es mas que un fantasma avanzando hacia su oscuridad... muy bueno Nuria!
    Un besazo!

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