Imagen Reto ENTC
El hombre avanza a paso lento a causa de su avanzada edad, su aliento se escapa en cortas exhalaciones, mientras sube las escaleras oscuras y polvorientas del sótano de la bodega. La luz tenue, de la bombilla, proyecta sombras en las paredes. El aire permanece rancio, cargado con el olor a vino fermentado y madera añeja.
Con cada escalón que deja atrás, el sudor empapa su frente. Se aferra al pasamanos de hierro, tan frío como el hielo de su corazón que parece haberse filtrado en su mente. ¡Pero algo no está bien! A pesar de que ha comenzado a subir hace un rato, la puerta al final de las escaleras sigue inalcanzable, sin lograr avanzar.
Sube más rápido, se desespera; sin embargo, los escalones siguen ahí, multiplicándose ante sus ojos. Intenta detenerse, respirar, pero el pasamanos ya no está a su lado. Los peldaños bajo sus pies tiemblan como si el suelo quisiera ceder.
Alza la vista de nuevo. La puerta, difusa y lejana, sigue allí. Pero no importa cuánto corra, cuántas veces alce el pie, nunca llega. Las escaleras se estiran infinitamente, y él, atrapado, sigue subiendo.
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