Especial Halloween
La mansión llevaba años deshabitada. La noche de Halloween, Marta entró en el lugar. La oscuridad se arremolinaba en cada esquina y el silencio era casi tangible. Subió las escaleras hasta el desván, donde la gente decía que todo comenzó. Un enorme espejo cubierto por una sábana polvorienta dominaba la sala. Un baúl lleno de polvo y un sin fin de trastos viejos roídos por el paso del tiempo y las telarañas.
Le temblaban las manos, sin embargo, Marta una joven gótica estaba decidida a averiguar la verdad de las habladurías; retiró la tela que cubría el espejo. Al principio, solo vio su propio reflejo. Pero de pronto, algo más apareció en el espejo: una figura borrosa, una sombra detrás de ella.
—¿Quién eres? —preguntó, sintiendo el peso de una presencia extraña.
—No deberías haber venido —susurró una voz masculina, débil pero clara.
Marta giró en seco. No había nadie detrás de ella, solo el espejo reflejando la oscuridad.
—¿Quién eres? —insistió, enfrentándose a su propio miedo.
La sombra del espejo empezó a definirse. Era un hombre, de ojos tristes y semblante abatido.
—Fui el dueño de esta casa... antes de que la oscuridad me consumiera.
—¿Por qué sigues aquí? —Marta tragó saliva, manteniéndose firme.
—Estoy atrapado, condenado a vivir en este espejo. Solo puedo ser liberado si alguien me reemplaza.
El aire se volvió helado, y Marta sintió un leve tirón hacia el espejo, como si una fuerza invisible quisiera arrastrarla dentro.
—No... No dejaré que me atrapes —dijo aterrada, pero sin moverse.
—Entonces, vete. Pero nunca más vuelvas, o de lo contrario... —advirtió el espectro tajante.
Marta retrocedió, su corazón latía con fuerza. Huyó de la casa sin mirar atrás. El fantasma siguió en su reflejo eterno, esperando a la próxima víctima que se atreviera a mirarlo.
Uy, qué miedo, Nuria. Me ha encantado este relato de terror...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Mercedes, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
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