Puedes escribir siendo fiel a la trama de la película o escribir algo que no tenga nada que ver, de modo que la escena sea tan solo el punto de partida para abordar una historia diferente.
La única condición es que tu relato no supere las 900 palabras.
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La tarde está despejada cuando Rose sube a cubierta. La temperatura helada del océano la abraza. Sus ojos se posan en el horizonte, donde el sol se sumerge en el océano. A su alrededor, la sombra de los pasajeros fallecidos se difuminan en el crepúsculo, guardando retazos de una vida sesgada.
Desde que murió Jack, ella ha soñado todos los días y todas las noches, y la imagen de su rostro congelándose la persigue. Sin embargo, como una ironía del destino, emerge del agua un pequeño bote salvavidas. Sorprendida, siente una punzada en el corazón. Sabe que es imposible, pero la ilusión, del amor, se apodera de ella.
El bote se acerca lentamente. Ella aguanta la respiración, su corazón se acelera. El remero; es Jack. Marcado por las arrugas de los años. Ella está sorprendida, pero en su incredulidad sonríe. Él, la mira con los mismos ojos llenos de amor. «¿Rose?», su voz suena como un murmullo lejano.
—¡Jack! ¡Estás vivo! ¿Cómo es posible? —grita, con lágrimas.
El bote toca el costado del Titanic, y Jack, sube a bordo. Ella corre hacia él, y se funde en un abrazo. Es real. Su calidez, su olor, su risa. Él es real.
—¿Cómo...? —pregunta, sin saber que pregunta lo imposible.
Jack sonríe de nuevo, con esa chispa de ingenio que siempre ha tenido.
—No ha sido fácil, créeme. Pero no iba a dejar que el océano me llevara sin una pelea. Un impulso me trajo aquí, de vuelta al lugar donde todo comenzó. Y ahora, estamos juntos.
Pasearon por la cubierta del barco fantasma, compartiendo recuerdos y risas. El Titanic, parecía resurgir en todo su esplendor, impulsado por su presencia. Los dos sabían que su tiempo se agotaba. A lo lejos, el amanecer empezaba a emerger, rompiendo la penumbra.
—¿A dónde vamos, Jack? —preguntó apretando su mano.
—No lo sé. Pero estamos juntos, y eso es lo único que importa —respondió él.
El barco empezó a desvanecerse. La bruma los envolvió y, de repente, se oyó una música suave. Ella giró la cabeza y vio a los músicos del Titanic, tocando la última melodía. La canción de amor, de despedida y de reencuentro.
«Mi corazón seguirá adelante.»
Cada noche en mis sueños.
Te veo.
Te siento triste.
Así es como sé que sigues.
Has venido a mostrar que sigues.
Cerca, lejos, donde quiera que estés.
Creo que el corazón sigue adelante.
Una vez más, abres la puerta.
Y estás aquí en mi corazón.
A través de la distancia.
«Y espacios entre nosotros»...
Entonces cierra los ojos y suspira. Abre los brazos, sintiendo el viento en su rostro. Él la abraza desde atrás, como aquella noche en la proa. Y en ese instante mágico, al tiempo que el sol se alza en el horizonte, sus cuerpos se desvanecen en el aire, mientras la canción flota en el viento, sonando a través de los mares, la música de un amor que ni siquiera la muerte ha podido apagar.
¡Qué historia tan conmovedora, Nuria! Has sabido escoger muy bien las palabras, siento que no sobra ni falta ninguna. A partir de la película Titanic has creado una historia que has narrado de una forma tan delicada y bella que va directa al corazón.
ResponderEliminarMe encanta como has unido la historia de amor de los protagonistas de la película con tu propia historia del Titanic como barco fantasma. Y cómo ese mundo fantasmal va acabando poco a poco: “El barco empezó a desvanecerse. La bruma los envolvió y, de repente, se oyó una música suave”.
Recuerdo que cuando vi Titanic, una de las escenas que más me impactó fue precisamente la que mencionas: Esos músicos quienes al darse cuenta de que no van a poder salvarse, deciden terminar sus vidas tocando una última melodía. Solo que esta vez se trata de una “canción de amor, de despedida y de reencuentro”. De reencuentro sobre todo 🩷
Y esta última canción (me encanta que hayas incluido la letra) nos lleva a un final fascinante y esperanzador: y es que esa canción es “la música de un amor que ni siquiera la muerte ha podido apagar”.
Te agradezco mucho tu participación en el reto con esta historia tan hermosa y tan bien narrada.
¡Un fuerte abrazo!
Muchas gracias Cristina por tus palabras, me alegra que te haya gustado. Es un auténtico placer participar y colaborar con la comunidad Alianzara. Un abrazo grande
EliminarMuchas gracias Cristina por tus palabras, me alegra que te haya gustado. Es un auténtico placer participar y colaborar con la comunidad Alianzara. Un abrazo grande
EliminarEs admirable tu narrativa, Nuria. Me ha gustado mucho este punto y final para una historia de amor. Precioso. Te felicito.
ResponderEliminarMil besitos y feliz noche ❤️
Muchísimas gracias Auroatris por tus palabras que siempre animan a seguir adelante en este mundo tan complicado como es la literatura. Un abrazo grande
EliminarHola, Nuria, qué bonito, juntos en el más allá, te quedo genial, Nuria.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, me alegra que te guste. Un abrazo
EliminarMuy dulce y romántico, saca un gran suspiro, abrazo Themis
ResponderEliminarGracias Themis, un abrazo
EliminarMe ha encantado tu versión de esta magnífica peli. Una historia de amor inolvidable y un texto muy bien escrito.
ResponderEliminarUn abrazo!
Gracias Lady, me alegra que te haya gustado. Un abrazo
EliminarPrecisamente en Madrid hay en estos momentos una exposición sobre el Titanic. Hace unos años que vi otra. Un abrazo
ResponderEliminarY te ponen la piel de gallina solo de imaginar lo que esas personas pasaron. Un abrazo
Eliminar¡Mencanta Núria! Titanic es una de las películas más románticas con final triste. Me ha encantado tu final.
ResponderEliminarSaludos. AlmaLeonor_LP
Gracias Alma, un abrazo
EliminarHola, Nuria.
ResponderEliminar¡Cómo has ido creando la atmósfera con pocos párrafos y un pequeño diálogo y con qué suavidad has dejado que se vaya desvaneciendo al ritmo de la música! Fantástico relato.
Un fuerte abrazo :-)
Muchísimas gracias Miguelángel por tus palabras que tengo en gran consideración. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo grande
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