«Así empieza PATRICIA la convocatoria de este jueves, para que vayamos caminando, o pedaleando, eligiendo la forma que cada uno quiera, y de pronto algo o alguien se descompone o le sucede algo que requiera detener esa marcha. Justamente en donde se produce el detenimiento; hay un bosque y en él una bella cabaña, vacía para que se pueda pasar la noche. La noche llega y en algún momento, se decide abrir la puerta y ¡Oh sorpresa!, llegan hasta allí, cual hojas de otoño una cantidad de sobres que contienen cartas. Ahí, justo ahí, está el punto en cuestión: ¿Qué dicen las cartas?, ¿Quién o quiénes las han enviado? ¿Para quién? ¿Desde dónde?».
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Y como una lluvia de estrellas en el cielo, cayó sobre mis pies una avalancha de sobres. La luna apenas iluminaba el lugar, y el crujido de las ramas movidas por el viento crepitaron en el aire. ¿En serio? Pensé. Y como impulsada, igual que las hojas secas que son arrastradas por el viento, grité: ¡No tiene ninguna gracia, ninguna! Pero solo el leve sonido del viento rompía el silencio en el bosque.
Los recogí uno por uno. Ni remitente, ni destinatario. ¡La madre que...! Molesta y enfadada, decidí abrir el primer sobre. En su interior, una carta escrita con pluma decía:
«Para ti que escuchaste el oráculo de las sombras, el bosque guarda tu secreto, pero no olvida y ya te ha descubierto».
Abrí otro sobre, y la letra revelaba un mensaje igual de críptico.
«El espejo en el que te contemplas, puede ser el vínculo que te une a los árboles y te hará deambular en el círculo mágico de la eternidad».
Y luego otro, y otro, hasta comprender que cada carta contenía mensajes que parecían dirigirse a un destinatario: el inquilino de la cabaña.
¿Habrá brujas? Me pregunté. Aunque se fue tan rápido como llegó a mi mente. Entré en la cabaña. Cogí la botella que llevaba en la mochila. Reuní todas las cartas e hice una pequeña montaña con ellas. Las rocié con el líquido que contenía la botella y, justo cuando iba a prender la cerilla, desde el interior de las tinieblas del bosque, una voz que parecía salida de ultratumba me envolvió como un gélido remolino.
¡Te han descubierto! ¡Te han descubierto!
Casi me muero del susto cuando vi aquel árbol correr hacia mí.
Ernesto y la chupipandi aparecieron muertos de la risa tras los árboles, ¿cómo no se me ocurrió?
(298 palabras)
Hola, Nuria, anda con la chupipandi, jaja, menuda bromita le gastan a la pobre. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, es que la chupipandi es tremenda. Un abrazo
EliminarHola Nuria, me encantó tu relato y ese final totalmente inesperado, te felicito es un relato que te va envolviendo en el misterio, en el querer saber más y al final te deja divertido y con ganas de reir, me gustó mucho.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar, un abrazo grande.
PATRICIA F.
Gracias Patricia, me alegro que te haya gustado. Un abrazo gigante
EliminarGenial, ese final es inesperado, me tenías atrapada de el misterio de cada frase, y zas una broma de amigos con disfraz de árbol incluido.
ResponderEliminarMuy bueno, Nuria.
Un besote.
Gracias Campirela, el reto de esta semana requería un punto de humor. Un fuerte abrazo
EliminarTener amigos para esto! Je je! Original e inesperado desenlace! Un abrazote Nuria!
ResponderEliminarJajajaja, vaya, menuda la liaron Marifé, un abrazo
EliminarUnas frases enigmáticas e inquietantes... como la voz de sus amigotes bromistas. Les costaría encontrar un disfraz de árbol tan resultón...
ResponderEliminarEs muy original y divertido sólo al final. Hasta entonces menuda intriga ha creado el contenido de las cartas.
Felicidades.
Jajajaja, de eso se trataba Marcos, de sorprender. Un abrazo
EliminarQue bromita que le hicieron. Aunque casi termina en una tragedia incendiaria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Poco faltó Demiurgo, jajaja, un abrazo
EliminarSe ve que la bebida que llevaba en la mochila no era agua, precisamente! jajaja. Muy bueno, Nuria. Dado lo especifico del reto hay que meterse de lleno en el nudo del relato para alcanzar a elaborar la trama distintiva manteniéndose en la extensión sugerida. Lo has logrado con soltura. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mónica, manteniendo la extensión requerida es más fácil para todos. Un abrazo
EliminarLa trama cautivadora. El desenlace imprevisto. Genial.
ResponderEliminarGracias Héctor, me alegra que te guste. Un abrazo
EliminarVaya con Ernesto y la chupipandi, me ha hecho gracia este nombre jajaja.
ResponderEliminarMe gusta la frase que dices... el leve sonido del viento rompía el silencio en el bosque... siempre tienes una manera de narrar los textos que me encanta.
Un beso enorme.
Gracias María por tus palabras, es importante saber que gusta lo que una escribe. Un abrazo
EliminarChupipandi y ernesto... se dieron todo ese trabajo para jugarte una broma? ... son bromistas , pero trabajadores.
ResponderEliminarEs un todo incluido Gustaba, jajaja, un abrazo
Eliminarjajaja Genial Nuria! Con intriga y un final sorpresa, atrapante y divertido! Tremendos esos amigos jaja Besos por ahí!!!
ResponderEliminarGracias Mari, un abrazo
EliminarUn gran susto y una broma muy trabajada, hasta yo caí metido en el relato :)
ResponderEliminarUn beso dulce y dulce otoño.
Gracias Dulce, buen otoño. Un abrazo
EliminarHay bromas que no tienen ninguna gracia, al menos a mí no me la hacen, porque vaya susto!
ResponderEliminarJajajaja Tracy, para morirse del impacto. Está chupipandi es tremenda. Un abrazo
EliminarVaya cambio de tercio!!
ResponderEliminarDe un relato misterioso y de suspense PSA a jno fantástico ( co el árbol corriendo), y luego uno cómics para dar un final completamente sorprendente.
Muy original y distinto a la mayoría.
Abrazooo
Gracias Gabilante, un abrazo
EliminarUnos bromistas como esos podrian ocasionarle un ataque cardiaco a alguien muy sensible
ResponderEliminarVaya, a mí seguro que me hubiera dado un patatús, abrazo
EliminarUn relato precioso y original como todo lo que escribes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho
Un saludo
Muchísimas gracias Buscador, un abrazo
EliminarHmmm ya tengo otro final odiado además de "era un sueño" y los "continuará".
ResponderEliminarJajajaja, gracias Conejito. Abrazos
EliminarComo para rociar del liquido ese a los chupipandis.....que esas son bromas muy pesadasss pordioi!!.......pero que buena historia...bss
ResponderEliminarGracias Diva, me alegra que te guste. Un abrazo
Eliminar¡Hola! Hay bromas imperdonables, pero viniendo de la "chuchipandi" seguro que se les perdona :D :D
ResponderEliminarSaludos. AlmaLeonor_LP
Jajajaja, eso seguro Alma, un abrazo
EliminarUna broma pesada de la chupipandi. Un abrazo Nuria
ResponderEliminarGracias Federico, un abrazo
EliminarEl final con esa broma shakespeariana cambia toda la lógica que llevaba el relato, Nuria. Genial.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Jajajaja, gracias Miguelángel, un abrazo
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