Viernes creativos: ilusionistas
Microrrelato participante en esta propuesta. Para saber más pasa por el blog
Desde temprana edad, había sentido una conexión especial con el mundo de los sueños. Mis noches estaban llenas de aventuras que parecían sacadas de cuentos de hadas. Una fría noche de invierno, mientras dormía, me encontré envuelta en un sueño diferente a todos los demás. En este sueño, caminaba por un sendero bordeado de flores silvestres, bajo un cielo estrellado y una luna que brillaba, como un faro en la oscuridad, sintiendo que estaba en un lugar conocido y olvidado. De repente, llegué a un claro en el bosque donde una cascada, despedía destellos de luz plateada. Al acercarme, una figura emergió de entre las aguas, con cabellos tan blancos como la nieve. ¡Era mi madre, llena de vida!
Comprendí que estaba presenciando un recuerdo de mi niñez. El día en que mi madre, me llevó a ese lugar mágico y secreto donde las hadas danzan entre los rayos del sol. Al despertar, tenía los ojos llenos de lágrimas. El sueño había sido más que una simple ilusión; era un recordatorio de aquel lugar mágico que había olvidado. Cogí mi mochila y, tras visitar la tumba de mamá, fui a ese lugar en el que tantas horas llenas de magia pasé con ella. Me senté frente a la cascada y murmuré: «cuánto té echo de menos, mamá». En ese instante, decenas de diminutas luces brillantes emergieron desde la cascada y en el aire formaron una frase: «yo, también hija mía, sé muy feliz». Me quedé inmóvil sin poder decir nada. ¡Eran las hadas y mi madre parecía formar parte de ellas! Lloré, lloré desconsolada hasta que logré serenar mi corazón. Me marché de aquel hermoso lugar sabiendo que durante el resto de mi vida volvería cada vez que lo necesitará.
https://bloguers.net/votar/NuriadeEspinosa
Has conseguido que mis ojos se humedezcan, Nuria. Y es que las madres siempre ocupan un lugar especial en nuestro corazón.
ResponderEliminarAbrazo fuerte y buen fin de semana.
Hola Nuria, muy bonito y entrañable. Te felicito.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, un abrazo
EliminarMe has hecho recordar a mí madre. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Federico, un abrazo
EliminarEntrañable tu relato, me ha encantado.
ResponderEliminarYa estoy de nuevo por aquí después de mi ausencia.
Un abrazo.
Gracias María, me alegra tu regreso. Un fuerte abrazo
EliminarQué hermoso relato Nuria, tiene una delicadeza, una armonía, un sencillez como un suave tintineo, bella, bella evocación, abrazo grande
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te guste. Un abrazo fuerte
Eliminar¡Hola, Nuria! Has escrito una historia entrañable, cala muy hondo esa vivencia con una madre añorada; trasciende lo onírico. Muy bueno, de verdad, te felicito. Hasta pronto. Un beso.
ResponderEliminarGracias Mari Carmen, me alegro que te haya gustado. Un abrazo fuerte y feliz inicio de semana.
EliminarAlgunas veces solo necesitamos un par de palabras para saber que podremos continuar adelante.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Cierto José, esas palabras de consuelo que serenan el alma. Un abrazo
EliminarUna historia emotiva que resalta la importancia de los recuerdos y el amor eterno hacia los seres queridos. Gracias, Nuria, por escribir cosas tan hermosas que nos recuerdan el amor inquebrantable hacia nuestras madres.
ResponderEliminarGracias Eliom, nuestras madres son tan importantes que cuando nos faltan dejan un inmenso vacío. Un fuerte abrazo
EliminarUna historia entrañable, Nuria. Esas imágenes con nuestras madres y seres queridos nos dan fuerza siempre.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :-)
Gracias Miguelángel, me alegro que te guste. Un abrazo
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