Toda una vida

 

José Antonio Sánchez desde su blog Acervo de letras nos hace una interesante propuesta:

Las condiciones para este reto son:

«Crea un relato en donde el JAZZ sea uno de sus elementos principales».

El Jazz puede estar en:

La música que ambiente la historia.

El protagonista, un músico de este género.

Una canción o un artista reconocido como elemento para su desarrollo.

El escenario donde tenga lugar el relato: un club de Jazz, un concierto, un ensayo, una reunión de amigos o aficionados…

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Lucía se sentó en una mesa cercana a la ventana de la cafetería Jazz Blus, muy cerca de la avenida. La tarde era fría y llovía a cántaros, pero no le importó. Durante los últimos dos años, el día de su aniversario, al atardecer, se sentaba en la misma mesa. La cafetería, decorada en tono marrón oscuro y luz tenue, tenía un ambiente ideal para cualquier pareja. Ella necesitaba no olvidar ese día: se recogía el pelo en una larga cola de caballo, se pintaba los labios de color marrón, y se volvía a vestir con su falda azul turquesa y una blusa blanca, después se ponía un poco de perfume Chanel número 5. Su rostro, aparentaba serenidad, pero en realidad estaba lleno de nostalgia. Cogió la taza y dio un sorbo de café; miró cómo el agua de lluvia resbalaba por el cristal de la ventana. Desde el fondo de la cafetería, su canción preferida empezó a sonar: «Toda una vida». La voz de Antonio Machín mezclada con las maracas, y el sonido del piano acompañado por el susurro del contrabajo, llenó su alma y arañó su corazón. El sonido parecía fundirse con la lluvia, como un tatuaje en su memoria. No pudo evitar recordar la canción favorita de Raúl, "La vie en Rose" con la voz de Louis Armstrong, golpeando su pensamiento de una forma abrumadora. 

El delicado compás de la música surgía como una suave ráfaga de viento, provocando un escalofrío que recorrió su cuerpo. Cerró los ojos y se dejó llevar por la melodía, que la envolvía en una suave bruma de recuerdos. En ese instante, su mente, comenzó a tejer los hilos del pasado. Recordó la calidez de sus manos. Su sonrisa. Sus besos. ¡Compartieron sueños! ¡Proyectos! Sin embargo, la vida fue caprichosa y él desapareció en la profundidad del mar. La voz de Machín continuó invadiendo el local, mientras ella no lograba contener las lágrimas que rodaban por sus mejillas en una mezcla de melancolía y sueños desvanecidos. Su pensamiento se mezcló en una amalgama sinfónica de sentimientos silenciados y deseos agridulces. Se refugió en aquellos recuerdos, sabiendo que su amor nunca se disiparía en el tiempo, que todo lo compartido aún latía en su corazón, como un eco perpetuo en su alma. La canción dejó de sonar, y ella abrió los ojos. Miró, a su alrededor, y volvió a la realidad, pero la huella de sus recuerdos impregnaba cada rincón de su ser. Respiró profundamente; sabía que el destino le ofrecía la oportunidad de reconciliarse consigo misma, sin cerrar ese capítulo del pasado que necesitaba rememorar cada año, para vivir cada amanecer con la dignidad de ser atesorado en su corazón.

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