Una sopa sin tropezones

 

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Literature and fantasy

Personajes:

Doña Marta: Anciana de 80 años, que muestra aversión hacia la sopa.

Doña Rosa: Cuidadora de Doña Marta de aproximadamente 50 años.

Escenario: 

La escena simula el comedor de una casa de retiro para ancianos. Cuatro mesas con dos sillas y ancianos sentados en ellas rodean la mesa central donde hay dos sillas, pero un solo comensal; Doña Marta que se encuentra sentada a la mesa mirando con disgusto un plato de sopa frente a ella. Doña Rosa, entra en el salón con preocupación.

DOÑA MARTA: (mira la sopa con repugnancia). ¡Dios mío, qué asco! ¿Por qué siempre me sirven esta horrible sopa sin tropezones?

DOÑA ROSA: (se acerca a la mesa). Doña Marta, por favor, entienda que la sopa es buena para su salud. Tiene muchas vitaminas y minerales que la ayudan a mantenerse fuerte. Nadie más que usted se queja.

DOÑA MARTA: (frunciendo el ceño). ¿Qué me importa a mí si los demás se comen esta porquería? Rosa... Esta sopa, es lo más repugnante que he probado en mi vida. ¡Ni siquiera puedo soportar el olor!

DOÑA ROSA: (suspira, mira al techo). Entiendo que tenga sus gustos, pero debemos cuidar de su salud. Además, el doctor recomendó una dieta equilibrada y la sopa es parte de ello.

DOÑA MARTA: (se levanta de la silla y señala el plato de sopa con enfado), ¡No entiendes nada, esto va a matarme, está asquerosa! Quiero algo más apetitoso para comer. ¿Es mucho pedir tener una comida decente en esta casa?

DOÑA ROSA: (trata de calmarla y de que se vuelva a sentar. El resto de residentes miran incrédulos). Señora Marta, todos los reciben la misma comida. Nos esforzamos por darles un menú acorde a su edad.

DOÑA MARTA: (cruzando los brazos). No me importa lo que coman los demás. ¡Yo quiero comer algo mejor!

DOÑA ROSA: (con un tono de voz más suave) Sé que a veces puede ser difícil aceptar los cambios, Doña Marta, pero tenemos que cuidar de su bienestar y de su salud. Podemos encontrar alguna opción diferente que le guste, pero la sopa sigue siendo una parte importante de su dieta.

DOÑA MARTA: (suspira molesta). ¿Sin tropezones? Jamás. No soporto otra cucharada de esta sopa.  ¡Si al menos tuviese tropezones!

DOÑA ROSA: (sonríe y la mira con ternura) Doña Marta, le prometo que encontraré alternativas que cumplan con las recomendaciones del médico. Estoy aquí para apoyarla. Pero, ¿se comería la sopa si le añado picatostes? Piense que todos le miran y tiene que ser un ejemplo para los demás.

DOÑA MARTA: (agacha la cabeza y mira de nuevo el plato). ¡Solo por esta vez!, me da, náuseas.

Ambas se quedan en silencio por un momento, contemplando la situación. Mientras tanto, Doña Marta vuelve a sentarse frente a la sopa, mostrando descontento y haciendo un gran esfuerzo, coge una cucharada de sopa y la introduce en su boca. El resto de residentes la aplauden. Ella da una arcada, y suspira. 

DOÑA MARTA: (mirando fijamente el plato de sopa murmura).  ¡Señor, permíteme que aguante está bazofia!

Doña Rosa suelta una carcajada a la que se une el resto de residentes.

Fin de la escena.

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