El rincón de la enseñanza

Desde su Literature and fantasy Merche nos propone este mes una vez más su Microteatro, os ruego paséis por el blog para ver las condiciones de participación.

Aquí mi participación:

Escenario: Una habitación con tres sillas dispuestas en círculo. En el centro, una pequeña mesa con tres libros y un jarrón con flores. Los personajes son: Carlos, un hombre mayor y sabio; Marta, una mujer joven y entusiasta; y Elena, una mujer de mediana edad y tranquila.

Carlos: (Sentado en una de las sillas) Buenos días, espero que vengáis con la mente abierta.

Marta: Buenos días, Carlos. Estoy deseando empezar la reunión de hoy, aprender de tus enseñanzas.

Elena: así es Carlos. Hablar contigo es reflexionar sobre la vida, sobre el mundo.

Carlos: (Sonriente) Gracias. Pero hoy quiero hablaros sobre el valor del respeto, la educación y la armonía. Creo que estas cualidades son fundamentales para que el ser humano logre un mundo de paz y felicidad.

Marta: (Ilusionada) Estoy de acuerdo. Todos podemos coexistir en armonía si se respeta. Tu filosofía de vida debería ser la herramienta en la que la humanidad se apoyase para evolucionar en la dirección adecuada.

Elena: Totalmente de acuerdo. La educación y respeto nos permite comprender y valorar las diferentes perspectivas de cada individuo, lo que facilita la convivencia en paz.

Carlos: No soy Aristóteles, pero lo habéis expresado muy bien. Además del respeto y la educación, la armonía es una pieza clave. Cuando trabajamos juntos, sin importar nuestras diferencias, nuestra raza, logramos un equilibrio que hace que todo valga la pena.

Marta: (Pensativa) Es cierto. A veces olvidamos que somos seres racionales y que nuestros actos pueden influir en los demás. Si cultivamos la armonía, el mundo podría ser un lugar mejor.

Elena: (Suspirando) Pienso en todas las cosas terribles que ocurren en el mundo, y me pregunto si realmente merece la pena.

Carlos: (Sereno) Entiendo tu preocupación, Elena. Pero recuerda que atendiste a tus padres durante todo el proceso de su enfermedad, y a pesar de las dificultades, siempre tuviste esperanza. Incluso aún te quedó tiempo para echarle una mano a tu vecina, que la pobre no tiene familia. En esos momentos es cuando debéis pensar que la humanidad merece la pena. Un grano de arena tras otro, puede formar una enorme montaña. 

Elena: (Emocionada) Es verdad. No importa si otras personas no logran ver más allá, si no son capaces de ayudar y respetar. Si tu corazón te dice como debes actuar con los demás sin esperar nada a cambio, es porque el mundo no está perdido.

Marta: (Determinada) Tienes razón, Carlos. Siempre habrá obstáculos, pero si cada uno de nosotros se compromete a ser mejor, podemos crear un mundo en el que la vida valga la pena vivirse.

<Los personajes se levantan de las sillas y, en un acto de unión, cada uno coloca una flor en el jarrón y coge un libro>.

Elena: (Sonrie) Juntos podemos sembrar la semilla de la paz y la armonía en nuestras propias vidas y, poco a poco, en el mundo entero.

Marta: (Emocionada) Hagámoslo entonces, empecemos desde aquí, desde este pequeño rincón, a construir un mundo en el que valga la pena vivir. ¿Cuándo empezamos la lección de hoy?

Carlos: (Hace un guiño, miraba a las dos y sonríe) La lección de hoy ya ha finalizado.

Los personajes sonríen emocionados, y se abrazan en silencio, con el compromiso de que sus acciones se han la construcción de un mundo mejor.

Fin de la función.

"Conclusión: El mundo merece la pena cuando cada individuo se responsabiliza por cultivar el respeto, la educación y la armonía en sus acciones diarias. Desde el pequeño rincón en donde se encuentran, los personajes ya habían iniciado el cambio hacia un mundo mejor".