La puerta de los sueños

 

Desde su bloc Escribe fino el bic naranja nos propone un nuevo reto para el Viernes creativo enviado por Ana Vidal y que es la que sigue:

A veces nos hace falta una puerta por la que escapar. ¿Os atrevéis a escribir un relato con una puerta que lleve a algún sitio totalmente distinto?

La fotografía es de una artista llamada Shirin Abedinirad.

Aquí mi participación: 

En una región de Transilvania, lejos de la ciudad se comentaba el misterio que rodeaba la mansión de la familia Leviatan, a causa de un habitáculo cuya puerta de madera tallada con extraños símbolos; está estaba ubicaba tras el altar de la pequeña sacristía donde los dueños pasaban gran parte del día, pero a la que ninguna persona del servicio tuvo acceso jamás. Se decía qué era "la Puerta de los Sueños" que te llevaba a un mundo místico lleno de brujas, dragones y magia. Una noche, los dueños desaparecieron sin que nadie supiera que había sucedido, y al no haber herederos de la mansión está quedó abandonada permaneciendo en el tiempo, rodeada de una extraña niebla. 

Un mañana, tras varias jornadas de viaje, una joven llamada Valeria, con su mochila llena de libros de magia y rituales, atraída por el misterio que rodeaba a la legendaria mansión, llegó hasta el lugar. Con su libro de conjuros en la mano, atravesó el umbral de las puertas de la mansión. El interior estaba lleno de polvo y telarañas, parecía, que el tiempo se había quedado anclado en otra época. Exploró cada habitación con curiosidad y delicadeza, manteniéndose alerta hasta que llegó al altar donde se ocultaba la puerta que descubrió tras unas cortinas; su rostro se iluminó por la emoción. Respiró profundamente, y cerró los ojos antes de cruzar a su interior. Cuando de nuevo abrió los ojos, quedó fascinada, se encontraba en un prado lleno de flores mágicas, con un cielo de color violeta. 

Guardó el libro de los conjuros en su mochila y se aventuró a explorar ese nuevo mundo. Caminó por senderos llenos de encanto y magia. Conoció a brujas que le enseñaron hechizos y conjuros, y a dragones le contaron historias de su reino. Valeria descubrió la fantasía de la magia en cada rincón. Además de las criaturas místicas, se encontró con los dueños de la mansión, en ese mundo nadie envejecía motivo por el cual tomaron la decisión de quedarse para siempre. Sin embargo, la preocupación aumentó en ellos desde el mismo instante en que Valeria cruzó la puerta. Los dueños antes de quedarse definitivamente al otro lado de ella, lanzaron un hechizo para que nadie pudiera traspasarla. Pero, Valeria que no tuvo problema en pasar de un mundo a otro gracias a que descendía de ancestros de brujas y magos; la puerta detectó su poder mágico y la dejó cruzar al otro lado, ahora, se encontró con una difícil decisión. Debía regresar y destruir la puerta para que nadie más pudiera cruzarla y destruyera un mundo tan hermoso. 

Se quedó un día más en los que aprendió mucho de aquel mágico mundo, de los dragones, su linaje, su antigüedad. También los dueños de la mansión la prepararon para su regreso y misión. Y al llegar el momento, con una profunda melancolía, Valeria se despidió de sus nuevos amigos. Se acercó nuevamente a la Puerta de los Sueños. En su mochila llevaba lo necesario para destruirla. Cerró los ojos, esta vez unos polvos de colores recorrieron sus ropas, y una vez más al volver a abrirlos se encontraba delante de la antigua puerta en el altar de la mansión. Con sumo cuidado fue dejando los objetos alrededor de la puerta en un semicírculo. Encendió varias velas y cirios. Se sentó frente al círculo y pronunció las palabras mágicas.

"Hanc portam magicam semper claudat. Et porta venenatis pretium. Haec mea sit voluntas"

La puerta desapareció al terminar de decir aquellas palabras. Durante el resto de su vida Valeria recordaría la puerta y a los dueños de la mansión, creando recuerdos y convirtiéndolos en novelas. Adquirió la mansión cuya propiedad le fue donada por sus dueños en agradecimiento a su noble ayuda para destruir el portal mágico y fue una escritora que se inspiró en aquel mundo místico. Su vida cambió para siempre gracias a la mansión abandonada y a la Puerta de los Sueños. Hasta el día de su muerte fue la guardiana de la mansión, y en su testamento dejó escrito:

"Tras mi muerte la mansión debe ser destruida y en su lugar construir un museo de artículos de magia. La fantasía debe perdurar a través del tiempo"