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lunes, 9 de octubre de 2023

El convento de clausura


Marta Navarro desde el blog El Tintero de Oro para más información sobre el concurso visita este sitio. 


Segundo aporte 👇

Clara, hacía tiempo, había visto que su apetito menoscabado, transitando de una voraz hambre, a prácticamente no degustar bocado alguno. Era una novicia de tan sólo dieciocho añares, recatada y discreta. Discípula preclara en el claustro, se percibía siempre extraña a causa de su exceso de carnes. Desde iniciado el cónclave académico, había sido objeto de burlas y ultraje por parte de sus pares.

Sus compañeras, amparadas en la impunidad, no cesaban en su afán de amilanar a la desvalida novicia. Sus palabras dolientes e injuriosas, como saetas lanzadas al viento, alcanzaban el interior de su alma frágil, escarmentándola en lo más profundo. Los apodos crueles, como llagas abiertas, marcaban su piel sensible, dejando cicatrices invisibles pero indelebles.

Clara, con su mirada cándida y sus ojos azules y cristalinos, soportaba estoicamente el ataque constante a su ser. Pero en su interior, el dolor se punzaba y la tristeza adquiría proporciones tan letales como desgarradoras. Sentía un nudo en su garganta cada vez que intentaba saborear algo, como si el vacío y el desprecio la asfixiaran en cada bocado. La joven, como un pájaro solitario en una jaula de espinas, anhelaba encontrar en su fe, un resquicio de consuelo, una mano amiga que la condujera hacia la luz. Pero la soledad y el ostracismo parecían ser los únicos compañeros fieles en su amarga peregrinación.

Una tarde gris y plomiza, mientras paseaba cabizbaja por el parque solitario, Clara se encontró con un anciano vagabundo. Sus ropas andrajosas y su barba hirsuta delataban su desamparo, pero sus ojos, parecían llenos de sabiduría y compasión, irradiando una extraña calidez. El anciano, adivinando el sufrimiento callado de Clara, se acercó con paso lento y decidido; tendió la mano y dijo: 

"Pequeña ánima afligida, no temas mostrar tu luz en medio de las sombras. Tus carnes no definen tu valía, ni los desaires de los demás deben apagar tu brillo interior".

El tono de su voz golpeó su pecho, y resonó con fuerza en el corazón de Clara, como melodías olvidadas que recobran vida en el alma. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió comprendida, y una pequeña llama de esperanza comenzó a arder en su interior. Decidida a no dejarse arrastrar por la crueldad ajena, Clara tomó la mano del anciano y juntos emprendieron un camino hacia la redención. Con pasos tímidos, pero firmes, se alejaron del convento maldito y se adentraron en la vastedad del mundo, dispuestos a desafiar los prejuicios y descubrir la verdadera grandeza que reside en el interior de cada ser humano.

Así, Clara dejó atrás la oscuridad y el tormento del pasado, abrazando él su fe, y encontrando su propio espacio en un nuevo convento, donde al llegar sintió como la mano del anciano desaparecía bajo un haz de luz blanca. Sorprendida lloró desilusionada. Pero cuando las puertas del convento se abrieron, el rostro que le dio la bienvenida le mostró la armonía que reinaba en el lugar. Comprendió que el anciano quizás era su ángel de la guarda. Su historia, lejos de ser una tragedia, se convirtió en un canto de superación y resiliencia entre las novicias, recordando al mundo que la belleza no se encuentra en los cuerpos estereotipados, sino en la capacidad de amar y aceptarnos a nosotros mismos, tal y como somos.









14 comentarios:

  1. ¡Qué bonito, Nuria! Hay mucha ternura y delicadeza en este relato. Me ha parecido una historia preciosa con una gran enseñanza final. Gracias por este segundo aporte.

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    1. Gracias Marta, creo que el tema merecía un segundo aporte, aunque hay tanta injusticia social que daría para muchos más, me alegro que te haya gustado. Un abrazo

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  2. Hola Nuria.
    En tiempos como estos, en los que lo importante no son los valores de siempre sino ser joven y guapo, es refrescante leer un relato como el tuyo.
    Un abrazo. Marlen.

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  3. Hola Nuria, una historia de amor y superación gracias Nuria. Mucha suerte un abrazo.

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  4. Desgraciadamente también se imponen cánones y modelos de cuerpos. Quienes no encajan sufren muchísimo. Una gran injusticia que has retratado bien. Un abrazo!

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  5. Qué bello y tierno, Nuria. Gran aporte, aunque éste ya sea fuera de concurso. Un abrazo!

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  6. Hola de nuevo Nuria. En estos tiempos en los que gracias a la tecnología, la imagen llega a todas partes en segundos, la apariencia física hace tiempo que ha destronado a la belleza interior, sirviendo muchas veces para escarnio de inocentes a manos de miserables. En tu cuento termina por romperse esa maldición y Clara parece encontrar al fin su lugar. Un abrazo.

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    1. Así es Jorge, gracias por tu visita y comentario. Un abrazo

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  7. Hola de nuevo, Nuria. jeje has hecho doblete. Parece que con este reto te has inspirado ¿eh?
    No solo es deleznable el comportamiento de sus compañeras por lo que encierra del burla a quien no es bello ni guarda los cánones de belleza establecidos, sino que por ser novicias doble falta de sensibilidad (pecado mortal dirían ellas), el amor al prójimo no lo contemplan en su convento, al parecer.
    Menos mal que todos los conventos no son iguales, ni todas las personas, sean religiosas, místicas o ateas o marcianos galácticos :)

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    1. Jajaja, que razón tienes Tara. Gracias por tu visita. Un abrazo

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