Esta nueva convocatoria juevera coordinada por Mónica Frau desde su blog Neogeminis nos invita a participar. Lee las bases 🖕🖕
Aquí mi aporte juevero👇
Sara estuvo meses sin salir de casa. Tras varias sesiones, su psiquiatra le había diagnosticado una obsesión paranoide. Hasta que una noche mientras caminaba alguien la llamó.
—Dicen que los noctámbulos, somos seres solitarios y taciturnos. Que la penumbra es nuestro refugio, y que bajo la luna llena, vagamos sin rumbo por las calles silenciosas de la ciudad.
—¿Quién eres?.
—Raúl.
—Cada uno de nosotros lleva consigo su propia carga. Su alma en pena, atrapada en un eterno abismo para buscar consuelo en medio de la oscuridad. Pero nuestros pasos nos conducen a la soledad más profunda. Hace días que te observo cuando caminas.
Las farolas parpadeantes iluminaron las calles desiertas, creando sombras que parecían alargarse hasta el infinito cosmos. El silencio de unos pasos solitarios, fue interrumpido, resonando en la noche como una canción triste.
—Mira, —señaló con el dedo—. Cada uno lleva una historia grabada en el corazón. Dolor, pérdida, decepción, miedo, alegría, diversión. Todas las heridas del corazón dejan cicatrices indelebles. Y en cada rincón oscuro de la ciudad, se encuentran hay otros seres igual de desgarrados. Pero también felices. Nos gusta la noche.
Lo mira de soslayo y trata de encontrar algo en él que le haga conectar. Así, cada noche podrá repetir la misma rutina: caminar sin rumbo, encontrarse con almas similares y luego perderse en la oscuridad una vez más, ante de qué los rayos de sol anunciasen el nuevo día y de nuevo volviera a la soledad cotidiana.
Raúl parece leer sus pensamientos.
—Acepta que ser noctámbulo a veces nos deja atrapados en nuestros propios abismos, que solo tenemos consuelo en compañía de la noche. En la oscuridad, podemos ser nosotros mismos, sin máscaras. Pero también es en la oscuridad donde todo se intensifica, como si la penumbra nos recordara continuamente la fragilidad de nuestras vidas.
Sara sonrió. Sintió la fuerte conexión. Alargó el brazo. Él respondió. Y así, cogidos de la mano, comprendió su verdad, continuaron en el fulgor de la noche vagando en busca de un consuelo para su alma, tejiendo un manto oscuro lleno de lágrimas ignorando la soledad del mundo.
352 palabras
Al menos pudieron ser dos en la oscuridad. Un beso
ResponderEliminarAsí es Susana, gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarHola Nuria, dos noctámbulos que se encuentran en la noche, como debe ser, muy romántico el micro.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Gracias Merche, abrazos
EliminarCuando te encuentras con alguien que te entiende sea lo que sea, la vida parece congratularse y darte ese ánimo que tal vez necesitabas para seguir en tu mundo donde la noche abrazó a dos seres.
ResponderEliminarMe gusto , lo sentí de una nostalgia muy bonita.
Un beso, Nuria.
Gracias Campirela, me alegro que te guste. Un abrazo
Eliminar"Ignorando la soledad del mundo"... leer a Nuria, es vivir.
ResponderEliminarUn abrazo emocionado 🌹
Muchas gracias Mety, me alegro que te guste y te emocionen mis letras. Un abrazo
EliminarHan encontrado su lugar en el mundo; ya es mucho.:)
ResponderEliminarAsí es Cabrónidas, saludos
EliminarNo hay nada como encontrar a alguien con coincidencias con uno mismo para sentirse mejor y reconfortado, comprendido y menos angustiado! Por la noche sin duda es más fácil, menos gente pululando! Je, je! Un abrazote Nuria!
ResponderEliminarGracias Marifelita, abrazote.
EliminarHallaron la forma de mitigar su soledad noctámbula. Buena estrategia! Muchas gracias por sumarte al reto, Nuria. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mónica a ti por la convocatoria. Que debe darte bastante curro. Un fuerte abrazo
EliminarExcelente y nocturno relato. Yo creo que, independientemente del momento del día, es interesante plantearse qué lleva en la mochila de su vida aquel o aquella con quien te cruzas en el camino, tanto si es dando un paseo como en una oficina, la cola del super, un atasco en carretera... Porque en ocasiones me dejo llevar por la rutina y las prisas y no logro esa conexión.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu texto.
Saludos!
Gracias Marcos. La verdad es que si nos parasemos a pensar que llevamos en la mochila, pesaría tanto que nuestra espalda se resentiria. Me alegro que te guste. Saludos
EliminarMe ha gustado el aire novelesco que le diste a tu relato, en cierto modo, todos los que nos gusta la noche, nos buscamos a nosotros mismos, ya quee el riído diurno no nos deja contactarnos.
ResponderEliminarBesos
Gracias Tracy, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarAl menos encontró a otra alma perdida que así no es tan dura la soledad. Buen relato, besos.
ResponderEliminarAsí es Moli, un abrazo
Eliminarquien busca encuentra, todo es proponerselo, dos solitarios noctámbulos bajo el influjo de las estrellas Un abrazo
ResponderEliminarGracias Rodolfo por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarLo mas importante aqui es la complicidad y el reconocimiento mutuo. la percepcion de un alma gemela con otra persona ella no hubiera reaccionado igual. Tod empieza con el ¿quien eres? mas asombrada que asustada.
ResponderEliminarabrazoo
Así es Gabiliante, para ella la noche no volverá a ser lo mismo que vivirla en soledad. Gracias por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarCaminan una soledad, una oscuridad, y al mismo tiempo una luna que de reflejo se pueden mirar, y la compañía ha sido un remanso entre tanto.
ResponderEliminarAbrazo,
Gracias Cecy, por tu visita y comentario, me alegro que te guste. Un abrazo
EliminarCada uno carga con sus propias heridas pero en la noche y en ese deambular juntos comparten sentimientos que se intensifican en la oscuridad de la noche. Un abrazo, Nuria hi
ResponderEliminarGracias Myriam, por tu visita y comentario, así es. Un abrazo
EliminarUn hombre alado prefiere la noche.
ResponderEliminarSe encontraron dos noctámbulos que se ayudaran a sobrellevar las cargas emocionales.
Bien contado. Un abrazo.
Gracias Demiurgo, me alegro que te guste. Un abrazo
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