De nuevo las sombras!. Sabía que esperaban para atraparlo, era el último que había resistido el ataque, pero ya no podía aguantar. Tembló horrorizado al ver las siluetas en la lejanía. Tenía que hacer un esfuerzo. Decidido el taoísta cogió la mezcla, la llamó pólvora. Y tras unos segundos encendió la mecha. Miró hacia la frontera.
—¿Dónde están?— Sin pensar más lanzó el saco lleno de pólvora; —no volverán a molestar a mi pueblo, pensó. Entonces apareció un eunuco gritando improperios. Dudó. Acaso no era aquel el país de las mil pruebas. Pero...
Un gato enorme le bufaba amenazador. Se asustó. Las flores se volvieron azules. Se preguntó qué estaba pasando. Una ardilla pasó a su lado a toda prisa diciendo: llegó tarde, llego tarde. De nuevo las sombras aparecían ante él. Gritó; estoy perdido; y en ese instante se despertó.
Enhorabuena Nuria, me encanta el terror
ResponderEliminarGracias cielo por tu visita y comentario. Un abrazo
EliminarTremendo. A mi me ocurren a menudo esos episodios... cuando me despierto doy un profundo respiro. Un abrazo, Nuria.
ResponderEliminarGracias J. R. Los sueños juegan malas pasadas. Un fuerte abrazo
EliminarEnhorabuena, Nuria. Gracias por compartir tus creaciones. Un abrazo
ResponderEliminarGracias a ti por tu visita y comentario. Un abrazo
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