El origen del Día de San Valentín se remonta al siglo III en Roma y a un sacerdote llamado Valentín, la persona que inspiró esta tradición.
En esta época, el Imperio Romano era gobernado por el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la celebración del matrimonio para los jóvenes. Claudio tenía la creencia de que los solteros sin esposa, ni hijos eran mejores soldados, debido a que tenían menos ataduras.
Valentín como el clérigo creía que el decreto era injusto, y decidió desafiar las órdenes del emperador dando de forma clandestina la celebración de los matrimonios. San Valentín se convirtió de esta forma en el patrón de los enamorados.
Cuando fue descubierto, el emperador lo encarceló. Un oficial quiso ponerlo a prueba y lo retó a que devolviera la vista a su hija Julia, que había nacido ciega. Valentín hizo el milagro, sin embargo, fue ejecutado el 14 de febrero del año 270.
Fue el papa Gelasio I en el año 494 quien designó el 14 de febrero como el día oficial de San Valentín. La festividad fue incluida en el calendario litúrgico tradicional y fue celebrado en la Iglesia católica durante los siguientes 15 siglos.
En 1969, el Concilio Vaticano II eliminó esta festividad del calendario, pero ya era tarde. San Valentín, como celebración del amor, había echado raíces en varias sociedades.
Fue durante el siglo XX que San Valentín se convirtió en un gran negocio, cuando la revolución industrial permitió la producción en cadena de tarjetas de felicitación, uno de los regalos más frecuentes del día de San Valentín.
El nombre es el patronímico de Valens, que significa <lo relativo a la valentía>. Valiente es el hombre fuerte e intrépido que se caracteriza por tener coraje. Valentín también hace referencia al nombre de Valentín Faustino de Berriochoa, un dominico español que se convirtió en mártir.
San Valentín de Berriochoa
Su nombre completo es Valentín Faustino de Berriochoa y Aristi. Nació el 14 febrero de 1827 en Elorrio, Bizkaia.
A los 18 años ingreso en el seminario de Logroño. En 1848 tuvo que suspender sus estudios y regresar a Elorrio para atender a las necesidades económicas de su familia. Pudo regresar al seminario y fue ordenado sacerdote en 1851.
En 1854 profesó en el orden de los dominicos en el convento de Oñana, Toledo. En 1856 fue destinado a las misiones en Asia. Viajó a Manila en las islas Filipinas, que entonces pertenecían a la monarquía española, y de allí a las misiones de Tonquín, en la parte norte del actual Vietnam.
En ese momento el rey Tu-Duc perseguía sanguinariamente a los misioneros que vivían escondidos en cuevas y chozas por considerar que actuaban en connivencia con los gobiernos europeos para que estos ocuparan y colonizaran su reino.
En el año 1857 fue nombrado obispo titular de Centuria. Valetín de Berriochoa pudo desarrollar su ministerio durante 3 años. Al final fue denunciado y detenido. Trasladado a la capital Hải Dương , en el interrogatorio solo se le pregunto por su nombre, cuanto tiempo llevaba en el país y donde vivía. Fue encerrado en una jaula individual donde solo podía estar de cuclillas.
Tuvieron todavía un nuevo interrogatorio en el que se les pedía que renegaran la fe cristiana. Fue decapitado el 1 de noviembre de 1861. Sus restos mortales fueron trasladados al País Vasco y reposan en la iglesia parroquial de Elorrio. Fue beatificado en 1905 y canonizado en 1998.
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