Mi alma se humedece a tu lado
con la fuerza de tus labios.
Tiembla mi cuerpo bajo tus caricias
y el calor de tus besos.
Allí tu perfume cierra mis ojos y abre mis sueños,
en la noche clara invito a la luna a ser testigo de nuestro amor.
¿Brillarán las estrellas?
No me inspira
la poesía
ni en la noche,
ni durante el día,
ya no arden
las letras
en mi poema,
ni los versos
en mi pluma,
inquieta.
Sin versos,
muere
mi alma de pena;
y el poeta
de tristeza.
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