—Madre, el sacerdote que impartió la clase de hoy en catequesis no me ha aclarado algunas dudas. Manifestó que la avaricia forma parte de la lujuria y que esta termina en el pozo de la muerte. Allí pasamos a una especie de limbo donde el señor nos acoge en sus brazos. ¿Qué es la lujuria?
—Hijo mío, siéntate a la mesa que la cena está lista y no digas más bobadas. Cuando nos morimos, no hay nada más que eso, la muerte y oscuridad. Después putrefacción y huesos. ¿De verdad que oíste todo eso en la clase que se supone que es para hacer la comunión, Ramón? Lujuria… esa palabra solo la mencionan los clérigos que por cierto son unos… […]
—Mamá, mencionó que la vida es pasajera y la muerte duradera. ¿Por qué?
—Estás castigado. Mañana no vas al parque con Mauro.
—! Mamá, era una broma!.
—Mañana le canto las cuarenta en bastos a ese sacerdote, ¿qué se habrá creído, comerle el coco así a unos críos? Y cómete la sopa, o te doy tu primera hostia sin
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