#LetrasDeCine
Gandalf en su conversación con Sauron advertía del peligro de que el anillo cayera en manos de Frodo. Sin embargo, Sauron se regocijaba con su artimaña:
—Mi ejército Némesis está oculto en las montañas áridas. En cuanto intenten cruzar caerán en nuestras manos.
Por otro lado Sam y Frodo, acompañados de Aragorn, capitán de los montaraces, se acercaban a las montañas tras cruzar la gran costa del reino atravesando la playa larga; Anfalas, desde donde algunos de los pescadores de las aldeas dejaron sus periódicos quehaceres y se unieron a ellos para librar la gran batalla.
Los nueve espectros salieron de sus fortalezas con el objetivo de capturar al portador del anillo; no lo lograron, pero destruyeron buena parte del ejército que les acompañaba.
Sam, Frodo, Aragorn y su maltrecho ejército llegaron durante el crepúsculo a los pies de las montañas. Frodo espiaba continuamente al Gollum, por lo que durante una de sus rarezas mientras miraba el anillo, le hizo un trampantojo, logrando despistarle y quitárselo. No obstante Sam observaba oculto desde una roca.
Este atrajo a Frodo tras las rocas mientras le hablaba del peligro para la persona que portara el anillo. Le mencionó que nadie mejor que él podía ser la persona indicada y le abrazó con fuerza, momento en el que aprovechó para apoderarse del anillo.
El Gollum gritó: mi tesoooooro…
Frodo se tocó el bolsillo y descubrió que no lo tenía.
En ese momento el traidor Gandalf y Sauron, dieron la orden de atacar.
Pero Sam, ya se alejaba ocultándose entre las rocas de la montaña dispuesto a destruir el anillo.
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