No vagaré más en primavera pues sopla el viento solano
entre las sombras de la hierba.
Erraré sobre los prados caminaré por los valles
sin juventud, ya lozana.
Y con la luz del crepúsculo anhelaré la tierra,
que calme el verso al resurgir del pozo.
Los versos que tu lánguida mirada expresan
son como letras de piel en mi cuerpo.
¡Cuando el sol deje de brillar y el mar sea redondo te podré olvidar!
Que agravio el de tu amor; suspiro como un velero a la deriva
bajo la errática luna que se postra a tus pies.
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