Las horas pasaban y las palabras no abrazaban mi alma. Pronto despertaron y inundaron mi cerebro; bebí el vino del veneno y sacié mi sed. Pronto surtió efecto, no importó. Él siguió su camino escupiendo maldad en cada paso que daba. El purgatorio se abría ante mi.
#Lixe22
Salió de la bóveda, escupiendo maldad. La tormenta amainó; la oscuridad llegó. Allá el mundo era otro. Clavó un puñal en el pecho al vigilante y me asomé a sus ojos llenos de terror. Ojos que no conocía; ojos que nadie miró. Muerto quedó en la calle, su alma se elevó.
#Lixe22
Mi catarsis me llevó a caminar escupiendo maldad. Me pregunté el porqué de mi desazón y no encontré respuesta. La eternidad maldita, se afianzó en mi alma como un puñal. Lloré como un crío; solitario y perdido en mi dolor. Pero al caer la noche, la maldad ganaba su lugar.
#Lixe22
Escupiendo maldad cerró la puerta de un portazo. Bravio amargó los días que vivimos juntos. El cielo se desplomó la noche anterior cuando supe lo sucedido. Al levantarme le planté cara y le puse la maleta en la puerta. Sabía que violó a la vecina. Me repugnó y le odié.
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