En cada nuevo aniversario lloro tú ausencia. Te fuiste muy pronto padre.
Me duele el corazón y mi alma quedó rota, aquella tarde en que me abandonaste. Añoro tu ausencia y quedo melancólica, pues un pedacito de mí se marchó y no volvió.
Grito tu nombre y lloro tu ausencia anclada en la distancia. Mi corazón late lento y siente rápido, como la amalgama de mis sentimientos que parecen metáforas de un olvido perverso. Vuelve pronto, te lo ruego, así no puedo vivir por más tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario