Nuestra primera cita fue intensa, cada vez que me susurraba al oído, caía rendida a sus pies. No me importaba el cuchicheo de los vecinos; pensar en él me excitaba provocando mil sensaciones. Para ser tan retrógrado despedía una atracción sexual que me enloquecia
La vida les puso obstáculos, pero su amor logró superarlos. Pagaron las consecuencias de su pasión. No les importó. Seguían amandose en secreto unidos en un solo cuerpo. Ocultos en el sótano del edificio, daban rienda suelta a una pasión que ya dolia al corazón.
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