Llegué cinco minutos antes de que sonaran las campanadas de fin de año. Nadie imaginó que llevaba un arma cargada oculta en el disfraz. Cuando las campanadas empezaron, cogí mi pistola y la fiesta empezó.
#Lixe21
Quién iva a imaginar qué llevo un arma cargada oculta dentro de mi disfraz si eran los carnavales del pueblo. Las serpentinas y cintas de colores volaban por la plaza del pueblo. Llegó la hora de los fuegos artificiales y después la traca final. ¡Mi gran momento!
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